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Se rasgan las vestiduras

Por Oscar Cubillos Pedraza - 18 de Abril 2023

“La culpa es de la vaca” mientras que los malquerientes, los más ineficientes de la cadena de valor, se rasgan las vestiduras

Las narrativas de quienes no quieren al sector ganadero apelan a decir que las exportaciones de ganado en pie son las únicas responsables de la subida del precio de la carne al consumidor, porque según sus hipótesis, el precio del novillo se ha incrementado por la dinámica exportadora. Veamos que ha ocurrido en el último año, a partir de abril de 2022.

Desde abril del año pasado y marzo de 2023 el precio de la carne de res ha tenido un alza de 13,3% mientras que en el mismo periodo el precio del novillo gordo ha disminuido 5,2%, una brecha de 18,5%. Con tremendo diferencial podría dejar mi escrito hasta aquí, pero hay aún más razones.

Efectivamente, entre mayo y agosto de 2022 el precio del novillo gordo (kilo en pie) se descolgó, mientras que entre septiembre y marzo de 2023 se ha mantenido entre alzas y bajas propias a la estacionalidad de la producción que lo han mantenido considerablemente estable.

Sin embargo, recordemos que las exportaciones mensuales entre mayo de 2022 y enero de 2023 fueron en promedio de 25.249 cabezas, solo con la excepción de julio anterior cuando fueron cero. Vale recordar que en todo 2021 las exportaciones promedio mensual fueron de 20.598 cabezas, en 2020 alcanzaron 22.009 cabezas y en 2019 despegaban con 6.281 cabezas promedio mes.

Esto indica que mientras que el precio del novillo en pie caía y luego se mantenía estable, la dinámica exportadora sí se mantenía boyante. Resulta entonces falso afirmar que es las exportaciones de ganado en pie son las responsables de que el precio del novillo y de la carne suban.

Lo que sí es curioso es el fenómeno contrario que ocurre en 2023. El primer bimestre de este año las exportaciones de bovinos en pie sumaron 33.243 cabezas mientras que en el mismo periodo de 2022 llegaron a 92.716, una caída de 64%, sin embargo, el precio de la carne en este periodo se incrementó 2%.

Conclusión: el precio de la carne sube así el precio del novillo caiga; y el precio de la carne subirá proporcionalmente más a lo que suba el precio del novillo cuando este se incremente. No importará si se exporta o no, el precio de la carne subirá. Incluso no faltará el escenario en donde restrinjan las exportaciones y aun así el precio de la carne seguirá para arriba como ha ocurrido en Argentina en el último par de años, en donde ya alcanzan una inflación anual de 104%.

Pero además olvidan nuestros malquerientes las variables internacionales, esas que han hecho que la inflación haya sido generalizada para todos los bienes y servicios en el último par de años, y, a nivel mundial. Por eso durante 2021 y 2022 en Colombia el precio del pan se incrementó 45%, el de la carne de cerdo 41%, el de la carne de pollo 47%, el de la leche 54%, el de los huevos 58%, los aceites comestibles 75%, las naranjas 44%, la mantequilla 49%, las frutas frescas 53%, los plátanos 99%, las papas 182%, la yuca 142%, la cebolla 99%, las hortalizas 52%, el azúcar 64%, la sal 44%, el café 80% y claro el precio de la carne de res 59%.

Esas variables internacionales se pueden resumir en tres etapas.

La primera la recuperación económica en 2021 que empezaba a darse luego de la caída de la demanda por cuenta de la pandemia y que colocaba ligeramente un poco más de presión a los precios, al alza pero sin exageradas alarmas.

La segunda, la crisis logística que desconectó las cadenas de suministro, pues, aunque había oferta y demanda no había como conectarlas por desubicación geográfica de los contenedores.

La tercera, el desajuste en la oferta mundial de materias primas e insumos debido a la invasión de Rusia a Ucrania y las medidas de restricción que se tomaron alrededor de este suceso geopolítico.

Sin embargo, “la culpa es de la vaca” mientras que los malquerientes, los más ineficientes de la cadena de valor, se rasgan las vestiduras.

@ojcubillosp