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Sin hambre, con alimentos sanos y suficientes

Por Maria Helena Latorre - 16 de Marzo 2021

Hay percepciones negativas sobre la protección y nutrición de cultivos, pero no podemos perder de vista que es necesario alimentar al mundo y que este reto le significa a la agricultura incrementar su productividad cada año en un 70 %.

Hay percepciones negativas sobre la protección y nutrición de cultivos, pero no podemos perder de vista que es necesario alimentar al mundo y que este reto le significa a la agricultura incrementar su productividad cada año en un 70 %.

En sicología, el error fundamental de la atribución (Lee Ross, 1977) es la tendencia natural de marcar una posición sin dar profundidad integral a los diferentes factores que lo componen. Me explico: la infinita información que cada día bombardea nuestro existir es imposible de procesar y, generalmente, resultamos repitiendo explicaciones de otros, prefiriendo la interpretación de acciones y ante las situaciones variables, sesgando el conocimiento y el rigor de la integralidad. Ahí el error fundamental.

La protección y nutrición de cultivos deben ser amigables con el medio ambiente, además son indispensables para alimentar a la creciente población mundial. Sin embargo, hay percepciones negativas sobre estas actividades y perdemos de vista que es necesario alimentar a los habitantes de este planeta y que este reto le significa a la agricultura incrementar su productividad cada año en un 70 %.

Una tarea que sin las tecnologías de protección y nutrición será bastante más difícil. Por tal razón, la cámara Procultivos de la ANDI apoya la gestión responsable de los agricultores para lograr los alimentos suficientes y adecuados, es decir, que sean seguros para el consumo humano, y así evitar afectaciones a nuestra salud. Una apuesta efectiva son las Buenas Prácticas Agrícolas, por lo que enfatizaré en la protección y la nutrición de cultivos.

Una analogía para la protección de cultivos es considerar la angustia que vivimos ante cualquier amenaza de nuestra salud, incluso, lo mucho que agradecemos contar con medicamentos para estructurar tratamientos destinados a superar inconvenientes que ataquen nuestra vida. Lo mismo sucede en los cultivos agrícolas, pues son seres vivos y aunque no hablan ni pueden advertir sus quebrantos de salud o los peligros que puedan afectarlos, tienen necesidades de diferente índole porque son amenazados por plagas, enfermedades y malas hierbas.

Necesitamos cultivos sanos que nos nutran, (lo que es también importante para nuestra salud), por lo que es necesario reconocer la valiosa labor de los agricultores para garantizarlo, así como entender la angustia que sienten ante cualquier ataque, porque podrían perder una cosecha entera. Por ende, un tratamiento adecuado con la disponibilidad de productos para defender su cultivo es de enorme valor y beneficio, más aún si consideramos que, según la FAO, por cuenta de las plagas, enfermedades o malas hierbas se puede perder cerca del 40 % o de las cosechas.

Otro factor importante es reconocer que la agricultura tropical colombiana es muy bendecida, aunque su biodiversidad también se aplica en las plagas, enfermedades y malezas. No existen estaciones, como en otras latitudes, que hacen una diferencia en la defensa de los cultivos.  

Procultivos ANDI imparte el manejo integrado de plagas, enfermedades y malezas con su programa CuidAgro, con resultados maravillosos en los cultivos porque obtenemos cosechas sanas, suficientes y de calidad para la demanda de alimentos que debemos atender.

Sobre nutrición, el Instituto Internacional de Nutrición ha señalado que en Colombia hacemos aguantar hambre a los cultivos. En la misma analogía, es como si nosotros solo comiéramos una vez al día: imaginemos nuestras defensas, productividad, ánimo. Por tal razón, Procultivos ANDI le apuesta a que nutramos inteligentemente los cultivos que son seres vivos vegetales y por eso hemos logrado verificar, con nuestro programa Mentes Fértiles, que una dieta inteligente en los cultivos se traduce en total agradecimiento de la planta, entregando mucho más fruto y con excelente calidad.

Con estos dos componentes -me refiero a protección y nutrición-, Colombia podrá ser despensa para alimentar al mundo. Lo importante es trabajar por esas buenas prácticas que se traducen en mayores productividades, mejores cosechas en calidad y cantidad, y que terminan por ofrecer alimentos sanos y suficientes para los consumidores en todo el mundo.

El reto que hoy se nos presenta debe ser visto como una oportunidad para nuestro país, pero eso sí, teniendo muy en cuenta la necesidad de aumentar las productividades con las tecnologías de protección y nutrición abordo, así que el error de la atribución no puede existir en esta materia, porque vamos a conquistar la alimentación del mundo.