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Zonificación

Por Oscar Cubillos Pedraza - 05 de Septiembre 2019

Desde noviembre de 2018 el país no cuenta con el estatus de país libre de aftosa, a causa de los brotes presentados entre octubre y noviembre pasados. Ya meses atrás, junio de 2017, se había presentado una situación similar que dio como resultado mantener una zona de contención a fin de recuperar el estatus sanitario en abril de 2018.

Por fortuna, la labor de las autoridades sanitarias y gubernamentales, así como de los actores privados, ha sido altamente efectiva para alcanzar de nuevo el objetivo de ser un país libre de aftosa.

Sin embargo, no se puede desconocer que tales eventos ocasionaron altas pérdidas en el sector, cierre de mercados y procesos adicionales de revacunación, que al fin y al cabo representan recursos, costos e inversiones.

Las lecciones de estos años han sido aprendidas, especialmente en lo relacionado con Venezuela que comparte una frontera de 2.219 km, pero que sigue siendo una amenaza sanitaria mientras no solucionen su crisis actual en materia política, económica, y social.

Con tal amenaza existente y con la poca cooperación sanitaria de su parte las probabilidades que ocurran de nuevo eventos de este tipo son muy altas. De allí la importancia de crear nuevos instrumentos para afrontar y mitigar tales problemáticas.

Hasta ahora, en materia de estatus sanitario, “los huevos están todos en el mismo cesto”. Si se presenta un brote de aftosa dentro del territorio nacional se pierde el estatus sanitario en todo el país, en un tiempo que por corto que sea, genera pérdidas económicas.

Sin duda, nuestras autoridades han entendido la problemática y de allí que el nuevo objetivo sea zonificar al país, a fin de que, si se tienen dificultades sanitarias en una de ellas por presencia de aftosa, u otras enfermedades, no termine afectado todo el territorio.

Se garantizaría de esta forma mantener permanentemente relaciones comerciales con nuestros socios en el entorno internacional, así como incentivar las producciones locales y regionales o las mismas denominaciones de origen. El mercado hablará.

Pero la visión que debemos tener en el sector tiene que estar alineada con el comercio internacional que cada vez más exige producción de carne y leche bovina con origen en zonas libres de aftosa sin vacunación.

En otras palabras, con la zonificación debe apuntarse a que existan amplias áreas ganaderas con un estatus libre sin vacunación. ¿Por qué solo unas zonas? Por la situación sanitaria de nuestro vecino Venezuela.

Por ejemplo, es el caso de Argentina. Sus zonas de mayor vulnerabilidad limítrofe, las del norte, son libres con vacunación. Las de mayor contención geográfica libres sin vacunación.

En el caso nuestro, la de mayor vulnerabilidad es la zona fronteriza con Venezuela y las de menor la costa Caribe, no fronteriza; el Magdalena medio y la actual zona del Chocó libre sin vacunación, pero con poca presencia ganadera.

Pensando en las potencialidades del país en materia ganadera, el siguiente paso de las políticas públicas, debe estar encaminado a cumplir este objetivo. Rodeemos a nuestras autoridades sanitarias para lograrlo.