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Cría, levante o ceba: claves para elegir el sistema que mejor se adapta a su finca

Angie Barbosa 01 de Diciembre 2025
Ganado comercialFoto: elcronista.coEl levante se centra en el desarrollo de los terneros después del destete. Aquí, el ganadero compra animales entre los 180 y 220 kg.

Cada etapa del ciclo bovino impone retos específicos que van desde la nutrición hasta la calidad del forraje. Ajustar el modelo de producción al entorno no solo optimiza el desempeño técnico del hato, sino que también impacta directamente en su rentabilidad. Comprender las condiciones del terreno permite tomar decisiones más acertadas para maximizar el potencial productivo.


No todos los sistemas de ganadería comercial funcionan igual en todas las fincas. Juan Camilo Restrepo, médico veterinario zootecnista y creador de la marca Mundo del Ganadero, lo sabe bien. Según él, lo primero es entender las características del terreno y las condiciones disponibles, "el ganadero debe elegir el sistema de producción que más se adapte a su tierra e instalaciones". (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué da más dinero? ¿Cría, levante, ceba o ciclo completo?)

La modalidad de cría, por ejemplo, demanda mayor control, manejo y atención, pues se trabaja con vacas preñadas y posteriormente terneros. Es un sistema más técnico que requiere genética robusta, nutrición precisa y gestión en la reproducción.

“En esta modalidad el ganadero se dedica a seleccionar un pie de cría con una base genética sólida y con una constante mejora, ya que su objetivo es tener la mayor cantidad de terneros al año y con pesos al destete superiores a los 200 kg”, argumentó Restrepo.

Uno de los momentos críticos es el primer parto, ya que las vacas primerizas enfrentan un alto desgaste, por lo que requieren un plan nutricional ajustado a sus necesidades. La eficiencia en esta etapa determina el futuro del negocio. Además, los terneros deben recibir una dieta con base en granos en sus primeros meses.

“Es muy importante también preparar dietas a base de granos para los terneros en los primeros 3 meses de vida para lograr un buen desarrollo ruminal y ser más eficientes”, añadió.


Levante: ganancia estratégica


El levante se centra en el desarrollo de los terneros después del destete. De acuerdo con Restrepo, en este tipo de negocio el ganadero compra animales entre los 180 y 220 kg, y debe asegurarse de que el impacto del destete no afecte negativamente el rendimiento del ganado. Esto implica aplicar estrategias de adaptación y nutrición desde el primer día.

“El ganadero debe tener una buena estrategia para minimizar el impacto del destete y lograr que los animales tengan ganancias compensatorias, de modo que el negocio sea más rentable”, dijo Restrepo, quien agregó que, esto se logra con un buen suministro de materia seca y desparasitación efectiva durante el primer mes.

En esta fase, los pastos deben ser de excelente calidad, pues un consumo bajo de materia seca puede frenar el desarrollo del animal. Las pérdidas pueden ser irreversibles si no se manejan bien los primeros días. (Lea en CONtexto ganadero: 7 claves para una etapa de levante en el ganado exitosa)


Ceba: exigencia y eficiencia


La ceba es la última etapa del negocio ganadero. Aquí se compran novillos que ya superan los 380 kg y se llevan hasta el peso de sacrificio, alrededor de los 500 kg. Este sistema es menos demandante en manejo, pero exige una alimentación precisa y constante.

“La ceba consiste en comprar los novillos que el ganadero de levante lleva hasta los 380 y 400 kg para finalizarlos y llevarlos a un peso de 500 kg. Esta modalidad es la más exigente nutricionalmente, ya que hay que alimentar animales más grandes y con mayores requerimientos basales” señaló Restrepo.

La clave está en el manejo de pasturas, preferiblemente con sistemas rotacionales, para aprovechar al máximo el aforo disponible. El ganadero debe saber exactamente cuántos animales puede sostener por hectárea, y ajustar la carga sin poner en riesgo el estado corporal de los animales. (Lea en CONtexto ganadero: La cría, clave para el éxito del negocio ganadero)

Restrepo destacó que “de las tres modalidades, esta es la que menos manejo requiere, pero la de más exigencia nutricional”. Si se falla en la oferta de pasto o en la suplementación, el negocio pierde eficiencia rápidamente.


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