El municipio de Arauquita, en Arauca, es el escenario del primer informe ganadero de Colombia en el marco internacional de divulgación financiera relacionada con la naturaleza (TNFD), liderado por Fedegán. La evaluación identifica tanto amenazas como oportunidades para transformar el sistema productivo y acceder a incentivos verdes.
Por primera vez, la ganadería colombiana hace parte de un marco internacional que evalúa su interacción con la naturaleza: el TNFD (Taskforce on Nature-related Financial Disclosures). Esta herramienta, impulsada desde la COP15 en Montreal, busca que los sectores económicos revelen cómo dependen y afectan la naturaleza, y qué riesgos y oportunidades enfrentan al respecto.
Este ejercicio pionero en Colombia se realizó en Arauquita, una zona de alta vocación ganadera y biodiversa, y fue liderado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) junto a la firma Consga Bic Sas. Allí se aplicó la metodología LEAP (Localizar, Evaluar, Apreciar y Preparar), permitiendo un análisis detallado sobre el impacto y las dependencias del sector con los ecosistemas.
Ana María Ayala, coordinadora de proyectos del área de ganadería sostenible de Fedegán, explicó el enfoque del reporte.
“Lo que busca es mostrar cómo una empresa o en este caso el sector de la ganadería tiene impactos en su forma de producir en la naturaleza, pero también cuáles son los riesgos y oportunidades financieras que hay de la naturaleza hacia el sector”, indicó.
Naturaleza como activo clave
El reporte dejó clara la alta dependencia de la ganadería arauquiteña al recurso hídrico, la fertilidad del suelo y la estabilidad climática. Sin embargo, también evidenció el impacto negativo sobre estos recursos: pérdida de cobertura boscosa, presión sobre ecosistemas hídricos y fragmentación de hábitats, lo que ha comprometido la productividad y sostenibilidad del sistema.
“Hay varios riesgos físicos derivados del cambio climático y eso está relacionado directamente con la pérdida de productividad”, subrayó Ayala.
Las consecuencias ya son visibles: incremento de plagas como garrapatas y tábanos, menor calidad del forraje, y mayor gasto por daños en infraestructura ganadera tras inundaciones o sequías extremas. Además, el estrés térmico proyectado para los próximos años, según escenarios climáticos, pondría en riesgo hasta el 8,18 % de la producción de pastos mejorados en Arauca.
Pero también se identificaron oportunidades. El informe propone mecanismos como pagos por servicios ambientales, acceso a financiación verde, e implementación de prácticas regenerativas que permitan mitigar estos impactos, aumentar la resiliencia productiva y abrir puertas a mercados con estándares ambientales.
Modelo que puede escalar
Este reporte marca el comienzo de una nueva etapa para la ganadería nacional. No solo responde a exigencias ambientales globales, sino que posiciona al sector como actor clave en la transición hacia una economía sostenible.
“Es la primera vez que se genera este reporte en Colombia y en el sector ganadero”, recalcó Ayala, quien destacó la participación activa de asociaciones locales, productores y técnicos del municipio.
El ejercicio fue construido con herramientas como Encore Tool, el Plan Regional de Cambio Climático (PRICCO) y datos del proyecto de Ganadería Sostenible Baja en Carbono en la Orinoquia. Todo esto se integró con encuestas a ganaderos y análisis cartográficos que identificaron áreas ecológicamente sensibles, como las sabanas naturales y bosques de galería.
Con esto, Fedegán, a través del área de ganadería sostenible en cabeza de su director Manuel Gómez, se adelanta a las tendencias globales y refuerza su visión estratégica.
Como se menciona en el reporte, en palabras del presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie:
“La naturaleza es el pilar fundamental de la economía mundial. Avanzamos en la ganadería sostenible con la conservación de los ecosistemas, el cuidado de las fuentes hídricas y la prestación de los servicios ecosistémicos como la captura de carbono, la polinización y el cuidado de la biodiversidad”.