El virus persiste en varias zonas rurales y amenaza con expandirse a las ciudades. Autoridades sanitarias intensifican las medidas de prevención y vacunación masiva para contener la crisis. Productores del Tolima refuerzan acciones para protegerse y evitar que la epidemia golpee sus comunidades.
La fiebre amarilla no da tregua en Colombia. Desde septiembre de 2024, el Tolima ha sido el epicentro del brote más agresivo registrado en años. Según cifras del Ministerio de Salud, 43 casos confirmados y 26 muertes colocan a este departamento como el más golpeado por la enfermedad.
Aunque la tasa de letalidad cayó de 57 % a 36 %, gracias a las estrategias de vacunación y control, el riesgo sigue latente, especialmente en zonas rurales como Villarrica, Cunday, Prado, Chaparral, Ataco y Planadas. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Productores, atentos a la fiebre amarilla! Estos son los departamentos más críticos)
Jorge Vélez, ganadero del sur del Tolima, compartió su experiencia: “Nos han alertado mucho sobre la situación y estamos tomando medidas. Ya en años anteriores habíamos tenido la experiencia de esta situación. Yo ya estoy vacunado y mi familia también”.
La situación genera preocupación, sobre todo por la posibilidad de que el virus dé el salto a las zonas urbanas, dado que el mosquito transmisor Aedes aegypti está presente en barrios populares.
Santander en vigilancia extrema
Aunque hasta la fecha Santander no ha registrado casos confirmados, el departamento permanece en alerta. Edwin Antonio Prada Ramírez, secretario de Salud, fue claro:
“Colombia se encuentra actualmente en alerta nacional por fiebre amarilla, sin embargo, informamos que en el departamento de Santander no se han reportado casos confirmados hasta la fecha en ningún municipio”.
Las autoridades sanitarias han identificado a 22 municipios como zonas de riesgo, incluidos Bucaramanga, Girón, Floridablanca, Barrancabermeja, y Piedecuesta, por sus condiciones eco epidemiológicas.
La prevención es clave, y la vacunación es la herramienta principal para evitar tragedias. La vacuna se aplica de forma gratuita en los puntos dispuestos por las secretarías de salud y sin importar nacionalidad ni afiliación al sistema de salud. No obstante, en lugares como los puestos de la Cruz Roja, el biológico tiene un costo, lo que podría ser una barrera para algunos sectores rurales.
La lucha no termina
El último informe del Ministerio de Salud, con corte al 15 de mayo, revela un panorama preocupante: 64 casos confirmados y 26 fallecidos en lo corrido del año. Entre 2024 y lo corrido de 2025, Colombia suma 87 casos, de los cuales 39 han perdido la vida. A Tolima le siguen Putumayo (5 muertes) y Meta (2). Las autoridades sanitarias insisten en que la emergencia sanitaria continuará hasta que pasen al menos ocho semanas sin nuevos casos humanos ni epizootias.
“Entre 2024 y lo que va de 2025, se han registrado 87 casos, de los cuales 39 han fallecido, en los siguientes departamentos: Tolima, Huila, Cauca, Nariño, Putumayo, Caldas, Meta, Vaupés, Guaviare y Caquetá”, informó el Ministerio de Salud en un comunicado reciente.
La vacunación sigue siendo la medida más efectiva para contener el virus. El llamado es claro: todas las personas, a partir de los nueve meses de edad y sin límite superior, deben vacunarse si viven, transitan o trabajan en zonas de riesgo. La fiebre amarilla sigue avanzando, pero la prevención está en nuestras manos.