Con su partida, se despide uno de los grandes hombres de la ganadería, quien dejó un valioso legado como líder gremial al crear el comité de productores del municipio casanareño, como empresario al fundar la subasta ganadera, y como productor, al impulsar de manera ejemplar la lechería, la cría, el levante y la ceba.
El gremio ganadero colombiano lamenta el fallecimiento de Pedro Peñaranda Amado, uno de los líderes más influyentes del sector, recordado por su visión gremial, su espíritu empresarial y su entrega como productor. Su partida deja un legado que trasciende en el tiempo, tanto en Casanare como en Boyacá.
Nacido en Belén (Boyacá) el 25 de abril de 1933, dedicó su vida con pasión a la ganadería. “Mi padre nació en Belén (Boyacá), el 25 de abril de 1933. A lo largo de su vida se dedicó a la ganadería con disciplina y pasión”, recordó su hija Diana Peñaranda, también productora y actual representante legal del Comité de Ganaderos de Aguazul.
Su trayectoria inició en 1971 en Aguazul (Casanare), donde desarrolló ganadería de cría, levante y ceba con ganado Cebú. Posteriormente, entre 1985 y 1997, incursionó en la producción lechera en Boyacá con razas Holstein y Normando, hasta radicarse definitivamente en Aguazul. (Lea en CONtexto ganadero: Casanare será referente para mitigar impactos climáticos)
Su compromiso lo llevó a fundar en 2016 el Comité de Ganaderos de Aguazul, del cual fue líder y gestor del fortalecimiento del sector en la región. A esto se suma uno de sus mayores logros gremiales: la Subasta Ganadera de Aguazul, creada para brindar un canal justo de comercialización a pequeños y medianos productores.
“Con esta gestión proporcionó herramientas para comercializar bovinos de manera justa y evitar que los intermediarios se quedaran con las mayores ganancias”, se destacó en su trayectoria.
En el ámbito público, también dejó huella como alcalde en municipios de Boyacá, donde impulsó la creación de ferias ganaderas, convencido de su importancia como motor económico y social.
Hombre íntegro y cercano
Más allá de su faceta profesional, quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre sencillo, de firmes convicciones y valores. “Era un conservador en sus valores, firme en la palabra dada y en la importancia del respeto”, resaltaron sus allegados.
Para Peñaranda, el cuidado de los vientres era esencial para la sostenibilidad del hato y la calidad de la producción. Al mismo tiempo, fue un hombre entregado a la amistad y al servicio comunitario.
“Su legado será recordado no solo por sus aportes al gremio, sino por la calidad humana de un hombre que vivió para servir”, puntualizó su hija. (Lea en CONtexto ganadero: "Nadie denuncia porque el que habla termina muerto": ganadero en Córdoba)
Su familia, amigos, colegas y la comunidad ganadera lo recordarán como un referente de liderazgo, visión y amor por el campo. La Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y el Fondo Nacional del Ganado (FNG) expresaron sus condolencias y acompañamiento a sus seres queridos.