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Agroecosistemas ganaderos: tesoros vivos del patrimonio rural colombiano

Neife Castro 27 de Mayo 2025
sistema-silvopastorilFoto: expoknews.comLos agroecosistemas son sistemas agrícolas que integran prácticas tradicionales con la conservación de la biodiversidad.

Colombia avanza en el reconocimiento de sus agroecosistemas ganaderos como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), destacando la armonía entre biodiversidad, cultura y sostenibilidad en regiones como la sabana inundable de Casanare.


La interacción entre prácticas ganaderas tradicionales y la conservación de ecosistemas únicos posiciona a Colombia en la ruta hacia su primer SIPAM, resaltando el valor de los agroecosistemas como pilares de identidad y desarrollo sostenible.

Los agroecosistemas son sistemas agrícolas que integran prácticas tradicionales con la conservación de la biodiversidad, adaptándose a las condiciones ecológicas y culturales de cada territorio.

En Colombia, estos sistemas reflejan una profunda conexión entre las comunidades rurales y su entorno, donde la ganadería se practica de manera sostenible, respetando los ciclos naturales y utilizando razas adaptadas al medio.

Ricardo Arenas, médico veterinario y presentador del Manual Práctico Ganadero de Fedegán, destacó que para que un territorio sea reconocido como SIPAM, debe evidenciar valores ecológicos, culturales y socioeconómicos enmarcados en la sostenibilidad y la transmisión de saberes ancestrales.

“Deben haber prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales y sostenibles, que conserven la biodiversidad, la fertilidad de los suelos y el agua”, afirmó Arenas.

Un ejemplo emblemático es el ganado criollo casanareño, adaptado a las condiciones de la sabana inundable, con características que le permiten sobrevivir en ambientes anegados durante meses.

Estas adaptaciones son resultado de una coevolución entre las prácticas humanas y el ecosistema, consolidando una identidad cultural local que se transmite de generación en generación.


Colombia le apunta al SIPAM


El país avanza en la consolidación de su primer Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial, con la propuesta del Paisaje Ganadero de Sabana Inundable de Paz de Ariporo, en Casanare.

Este proyecto, respaldado por la FAO y la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), busca reconocer la singularidad de un sistema ganadero que armoniza producción, conservación y cultura.

En declaraciones dadas al medio El Espectador, Dora Inés Rey Martínez, directora (e) de la UPRA, afirma que este reconocimiento “generará oportunidades para la economía campesina asociada a una ganadería sostenible”.

La declaratoria como SIPAM permitiría visibilizar y proteger estos sistemas, facilitando el acceso a recursos y fortaleciendo el agroturismo ecológico.

La propuesta cumple con los cinco criterios establecidos por la FAO para ser considerado SIPAM, incluyendo la agrobiodiversidad, los conocimientos tradicionales, la resiliencia de los sistemas y la importancia cultural y paisajística. Este avance posiciona a Colombia en el mapa mundial de territorios que integran producción agrícola y conservación del patrimonio.



Beneficios y desafíos


El reconocimiento de los agroecosistemas como SIPAM trae consigo múltiples beneficios para las comunidades rurales. Entre ellos, la valorización de sus prácticas tradicionales, el fortalecimiento de la identidad cultural y el acceso a nuevas oportunidades económicas a través del turismo y mercados diferenciados.

Sin embargo, estos sistemas también enfrentan desafíos, como la presión de modelos productivos intensivos y la pérdida de conocimientos ancestrales. La implementación de sistemas silvopastoriles y otras prácticas agroecológicas se presenta como una estrategia para mantener la sostenibilidad y resiliencia de estos territorios.

Arenas enfatiza que “la cultura campesina es pieza clave de la conservación y gestión de estos sistemas, siendo un patrimonio intangible de nuestra colombianidad”.

El compromiso de las comunidades y el apoyo institucional son fundamentales para preservar estos tesoros vivos del patrimonio agrícola colombiano.


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