mastitis bovina
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Prevalencia de mastitis en fincas de Cundinamarca es de más del 90 %

Por - 23 de Junio 2015

La Universidad de La Salle dio a conocer los resultados del estudio sobre mastitis subclínica hecho en 55 fincas lecheras de Cundinamarca, como parte del proyecto gestionado por el Fondo Nacional del Ganado, que cuenta con apoyo del Comité de Ganaderos de Zipaquirá.


La Universidad de La Salle dio a conocer los resultados  del estudio sobre mastitis subclínica hecho en 55 fincas lecheras de Cundinamarca, como parte del proyecto gestionado por el Fondo Nacional del Ganado, que cuenta con apoyo del Comité de Ganaderos de Zipaquirá.   En este municipio de Cundinamarca se realizó el pasado 19 de junio la socialización de la investigación en la que participaron pequeños, medianos y grandes predios lecheros de los municipios de Gachancipá, Tocancipá, Nemocón, Sopó, Guatavita, Suesca, La Calera y Sesquilé. (Lea: Transición de la vaca seca a lactante, periodo de sumo cuidado)    La primera conclusión del encuentro fue comprender que ni el tamaño de la finca ni el sistema de ordeño, ya sea manual o mecánico, garantizan la eficiencia en la calidad de leche extraída a las vacas ni la protección de las ubres de enfermedades como la mastitis.   Las fincas analizadas tienen desde 6 animales, algunas más de 100, y solo en 1 de ellas no se registraron casos positivos de mastitis, según lo dio a conocer Esteban de Jesús García Camargo, profesional en Zipaquirá de Gestión Productiva y Salud Animal del FNG, administrado por Fedegán, quien estuvo presente en la entrega de resultados. Con ello se demostró que la prevalencia de la enfermedad es del 98 %.   Por lo menos una vaca por predio afectado reportó mastitis, lo que se vio reflejado en la presencia de células somáticas y de la deficiencia en la composición de sólidos totales. Además, casi todas las fincas analizadas disponen de sistema de ordeño mecánico, lo que demostró que el inaduado manejo y limpieza de las máquinas repercute de forma negativa en la productividad.   En algunas fincas hubo conteos de hasta 50 mil células somáticas, resultado favorable, y otras con 900 mil. De otro lado, unas dieron entre 2.4 y 4 en grasa y 1.8 y 5 en proteína.  Las últimas cifras generaron discusión entre los presentes a la reunión por ser, la primera muy baja y la segunda muy alta, para vacas holstein y normando.   Efraín Benavides, docente de facultad de Ciencia Agropecuarias la Universidad de La Salle, expresó que los resultados del muestreo epidemiológico se hicieron a vacas en cada uno de sus periodos de lactancia para determinar la prevalencia de mastitis subclínica y poder así, con datos en mano, dar instrucciones del adecuado manejo del predio.   Por eso, añadió García Camargo, se solicitó a los dueños de la finca estar conectados con los investigadores de La Salle para continuar el trabajo de mejoramiento del sistema productivo y reproductivo en los hatos de leche. De igual forma, 12 fincas de las 55, seguirán siendo atendidas de forma recurrente hasta demostrar que con buenas prácticas de ordeño, calibració, aseo de equipos y capacitación al personal en el predio, se puede fortalecer el sistema de producción, a fin de comercializar un producto inocuo.   “Habían fincas con sistema de ordeño mecánico con altos resultados en células somáticas. Tiene que ver mucho el mantenimiento de equipos; a algunos no les funciona bien la pezonera, no se calibra y por eso no se libera toda la leche y a las vacas les da mastitis”, anotó el profesional de FNG. (Lea: Vacas lecheras de 7 razas comparten un mismo escenario)   Juan Manuel Brigar, ganadero de Nemocón, Cundinamarca, asistió a la reunión sobre mastitis en Zipaquirá, en la que pudieron participar tambiénlos productores de leche de la región que no hicieron parte del muestreo del taller sobre prevención de la enfermedad.   El productor señaló que este tipo de espacios e investigaciones ayudan a los ganaderos fincas que luchan cada día por producir leche de calidad, pese a las dificultades por las que atraviesa el sector, y resaltó, igual que los profesionales asistentes al taller, que no se trata de tener equipos de ordeño deficientes, sino personal poco preparado para su adecuada manipulación, que incluye un mantenimiento semestral, cambio de pezoneras y graduación de cada parte de las máquinas, con lo que se consigue tener leche de calidad y ubres sanas.   “Yo fui, pero a mí no me hicieron estudio. Quise saber y aprender más. Con los 30 años que llevo en el negocio, puedo decir que es importante la prevención. Por eso mis vacas comen bien, hago análisis de leche cada mes para ver si hay mastitis y uso desinfectantes para las ubres y agua limpia para limpiar equipos de ordeño”, describió Brigar.