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¿Hasta cuando la informalidad en la venta ilegal de carne?

Por - 22 de Septiembre 2016

Costumbre, indiferencia, complicidad, no importa la razón, son muy pocas personas a las que parece dolerles o al menos importarles que se comercialice carne en lugares que están a la vista de todo el mundo y sin las condiciones de higiene necesarias.


Costumbre, indiferencia, complicidad, no importa la razón, son muy pocas personas a las que parece dolerles o al menos importarles que se comercialice carne en lugares que están a la vista de todo el mundo y sin las condiciones de higiene necesarias.   Pasa en Bogotá, Casanare, Arauca, Caquetá, Neiva, Medellín, por solo mencionar algunos de los lugares en los que la problemática es más delicada, pero es fácil comprobar que el tema ha permeado a todos los departamentos del territorio nacional.   Recientemente, tanto noticias Caracol como RCN dedicaron tiempo en sus emisiones para alertar a la población sobre los riesgos que implica el consumo de carne adquirida en puestos ubicados a las afueras de grandes plantas, de plazas de mercado, entre otras. (Lea: Consumidores en Arauca no se preocupan por calidad de la carne)   En las regiones, es frecuente observar que ofrecen el cárnico incluso en los vehículos en los que se puso el animal una vez fue sacrificado y despostado.   Desde la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, se han hecho insistentes llamados de atención sobre un problema que puede resultar perjudicial para la salud e incluso producir la muerte.   En muchos casos, este tipo de puestos se encuentran ubicados desde hace bastante tiempo en el mismo lugar. No cuentan con mayor infraestructura, todo lo que tienen es un lugar para vender la carne, a veces con escasa iluminación y en casi todos los casos sin que se preserve de manera alguna la cadena de frio.   Otro factor común de este tipo de expendios es la falta de normas de higiene por parte de quienes manipulan el producto. La gran mayoría se abstiene de utilizar guantes, el aseo de los cuchillos es mínimo y la asepsia resulta un término desconocido que no despierta interés alguno. (Lea: Informalidad en comercio de la carne afecta ganadería de Casanare)   El precio es en la gran mayoría de los casos la razón principal por la que pasan los años y este tipo de negocios perduran. Ofrecen valores que son sensiblemente menores con respecto al que los consumidores encuentran en grandes superficies, mercados locales y famas de barrio.   La pregunta que surge es por qué a pesar de estar plenamente identificados, de que validar su ilegalidad no requiere trabajo y de que no cuentan con documentación alguna que les permita dicha práctica, ni las autoridades sanitarias ni las de Policía toman algún tipo de medida que permita contrarrestar este tipo de acciones.   De igual manera, muchos ciudadanos cuestionan con frecuencia hasta cuando seguirán este tipo de personas teniendo el aval tácito de quienes tienen en sus manos evitar que cuenten con tantas facilidades para seguir vendiendo productos que se ha comprobado tienen bacterias que al ser ingeridas causan afectaciones de salud, especialmente en niños y personas mayores.   Este comercio de carne también se debe a la falta de eficiencia en el control de delitos como el abigeato y el sacrificio clandestino, pues esos animales que hurtan y que matan en cualquier potrero son los que se reparten en este tipo de expendios para ser adquiridos por personas que en su necesidad de ahorrarse unos pesos prefiere correr el riesgo de consumirla. (Lea: Los peligros de comprar carne en las calles son reales)   Se requiere hacer algo antes de que se presenten situaciones masivas de intoxicación o se conozcan casos que por sus proporciones conlleven a algún tipo de emergencia sanitaria. Se debe propender por evitar un escenario crítico para que se tomen medidas, sobre todo cuando las amenazas están a la vista de todos.   Urge sensibilizar a la población, a personas que ya se acostumbraron o a las que les es indiferente ver bandejas, carros, láminas de aluminio con carne expuesta, sin cadena de frio, manipulada por personas que no utilizan ni un par de guantes y de la que desconocen su origen. ¿Hasta cuando la informalidad en el mercado de la carne?