Sobrevivientes de la masacre de El Salado son hoy víctimas del Estado

El Salado, corregimiento del Carmen de Bolívar, fue una región en la que se perpetró una terrible masacre cometida por el Bloque sur de las AUC entre el 16 y el 19 de febrero de 2000. Sobrevivientes de ese brutal flagelo aseguran que pasaron de ser víctimas de la guerra, a serlo del Estado.   Como en otro gran número de regiones del país, un grupo importante de campesinos agrícolas y ganaderos de esta zona han resultado afectados por la mala aplicación de la Ley de Restitución de tierras. CONtexto ganadero conoció otra desgarradora historia que refleja esta problemática.   Enuar Redondo Martínez, agricultor y ganadero, representante de la Asociación Nacional de Despojo del Estado, Asovides, quien además de ser una víctima, se considera un defensor de aquellos que como él están sufriendo por el proceso y mala la aplicación de Ley, aseguró que los campesinos están cansados de las injusticias. (Lea: Ganaderos son víctimas del programa de restitución de tierras)   "¿Cómo es posible que ahora es el mismo Estado (sic) quien viene a despojarnos de nuestras tierras, a quitarnos lo poquito que tenemos gracias a nuestro trabajo? Nunca esperamos esto, que después de ser víctimas de grupos armados, hoy en día sea el Gobierno el que nos ataque", señaló.   Agregó que se resisten a dejarse robar por el Estado y comentó que esta es una situación terrible y dolorosa, ya que en la zona se están viviendo momentos peores de los que pasaron con la presencia de los grupos al margen de la Ley.   Hugo Armando Torres Correa, campesino y ganadero, cuyo predio se encuentra a 3 kilómetros del casco urbano del Carmen de Bolívar, relató que él y su familia son sobrevivientes de la masacre que hubo en el corregimiento Villa del Rosario - El Salado y confesó que con solo recordar lo que vivió se le estremece el cuerpo. (Lea: Productores del Carmen de Bolívar son víctimas de Ley de Restitución)   "Mi familia y las generaciones antes de mis padres siempre vivieron en El Salado. En febrero de 2000 llegaron los paramilitares al corregimiento y empezaron a torturar, violar y matar a campesinos, niños y niñas y mujeres. Yo solo tenía 16 años y a mis 32 años aún tengo pesadillas de ese día", lamentó.   Agregó que sus padres, su hermano y él, salieron corriendo en direcciones opuestas cuando se escuchó el rumor de que los miembros del grupo armado se acercaban a su casa. Apuntó que cuando llegó a un pueblo cercano estaba completamente en shock y pensaba que los habían matado a todos.   El campesino afirmó que lo único que se escuchaba era que decían que iban 50 muertos, luego 60 y que la cifra iba en aumento. (Lea: Lafaurie recorre el país para revelar las 3 amenazas del sector rural)   Comentó que luego del hecho y de quedar prácticamente en la calle, pues no alcanzaron a sacar ninguna pertenencia, la familia Torres se reunió y decidió asentarse en el Carmen de Bolívar.  Anotó que junto a su hermano resolvieron comprar una pequeña parcela en la vereda La Emperatriz y su papá quiso regresar a sus raíces, convirtiéndose en uno de los líderes del retorno de El Salado.   "En el 2007 compramos la parcela. Nosotros tenemos todos los papeles que lo prueban, hasta la promesa de compraventa. La misma persona a quien le compramos, reclamó la tierra y la Unidad de Restitución falló a su favor. Lo más triste es que hoy el Estado no nos reconoce como víctimas de la guerra y nos vuelve a perjudicar", aseveró.   Hugo Torres sostuvo que ya recibieron la orden de desalojo y aseguró que si el Estado les llega a quitar su tierra los dejaría nuevamente en la calle y que eso no lo van a permitir. Señaló que ya experimentaron el primer intento de despojo en 2015 y este jueves 4 de agosto de 2016, vivirán el segundo, al cual también se van a oponer.   También dijo que la parcela está dividida en 2, la mitad le pertenece a su hermano, la otra es de él y cada uno tiene su núcleo familiar. En la finca se dedican a la ganadería, a cultivar algunos productos de pancoger y a la piscicultura y de allí se deriva su única fuente de sustento.  (Lea: Indignación por afán de Unidad de Restitución en mostrar resultados)   Como estos, los casos se cuentan por miles en el país. Aunque se han venido lanzando alertas, gran parte de la población que se encuentra en los campos de Colombia parece no haber dimensionado la magnitud de un problema que con el paso del tiempo podría llegar a ser de inmensas proporciones. Si usted es víctima o quiere reportar algún caso escríbanos al correo [email protected].