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Fertilizar no es igual a regar abono, aprenda cómo hacerlo bien usando la carta de suelo

CONtexto ganadero 20 de Agosto 2025
Maximizar el potencial genético del cultivoFoto: cefegen.es - agritotal.comLa carta de suelo permite conocer las necesidades reales del terreno y aplicar fertilización de manera eficiente y sostenible.

El análisis del terreno permite diseñar planes de fertilización precisos y manejos agronómicos apropiados, que se ajustan a las necesidades reales de cada cultivo. Esta práctica maximiza el potencial genético de la planta y asegura un manejo responsable de los recursos naturales.


Una de las herramientas clave para maximizar los rendimientos de los cultivos es la carta de suelo, un documento técnico que ofrece un análisis detallado de las propiedades químicas, físicas y biológicas del suelo. Este recurso, cuando se utiliza correctamente, permite diseñar estrategias específicas para mantener la sostenibilidad del suelo y del medio ambiente.

El potencial genético de un cultivo se refiere a la capacidad máxima que una planta tiene para producir rendimientos bajo condiciones ideales. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué tanto conoce sobre el suelo? Aquí podrá profundizar en términos importantes)

Este potencial está influenciado por factores como genética de la semilla, el manejo agronómico y las condiciones ambientales. Aquí es donde la carta de suelo juega un papel fundamental, proporcionando una visión detallada de la disponibilidad de nutrientes, el pH, la capacidad de intercambio catiónico y otros parámetros.

Álvaro Rodas, ingeniero agrónomo e investigador en nutrición de suelos y forrajes, explica que al interpretar la información de la carta de suelo, los productores pueden identificar deficiencias o excesos de nutrientes, desequilibrios en el pH y otros factores que afectan la disponibilidad de los nutrientes de las plantas.

Una vez se tiene la información de la carta de suelo, se inicia con el diseño de un plan de fertilización que requiere correlacionar las necesidades del cultivo con las condiciones reales del suelo.

Regar abono no es fertilizar. Fertilizar es aplicarle al suelo una cantidad de nutrientes que necesita una especie para manifestar su potencial genético”, aseguró Rodas.

Y precisó: “Con base en lo que hay en el suelo, en lo que no tiene y lo que le hace falta, en el sistema de siembra se utilizan varios productos para fertilizar”.

Al comparar la información de la carta de suelo con las necesidades del cultivo se pueden identificar deficiencias críticas y así aplicar los aditivos necesarios. (Lea en CONtexto ganadero: Aprenda cómo interpretar los análisis de suelo y siga estas recomendaciones)

Las cantidades de fertilizantes deben ser basadas en los resultados del contenido de arena, limo o arcilla, así como los desbalances minerales naturales que muestren los resultados de la carta de suelo”, describe Rodas.

Aplicar el volumen adecudo en el momento correcto es esencial para maximizar la absorción por parte del cultivo. Por ejemplo, fraccionar las aplicaciones puede minimizar las pérdidas por lixiviación y garantizar su disponibilidad durante toda la temporada de siembra.

En palabras de Rodas, “la cantidad de nutrientes que se aplican en un plan de fertilización es para entregarle al suelo los requerimientos que va a exigir en su periodo vegetativo”.


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