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8 mitos sobre el consumo de lácteos

07 de Enero 2020

Desde 'son beneficiosos para el cuidado de los huesos' hasta 'son culpables de problemas de salud porque engordan', la leche y sus derivados son siempre fuente de polémica. Aquí te presentamos 8 mitos sobre el consumo de lácteos para que puedas decidir cómo los incluyes en tu dieta.

1. Los productos lácteos tienen mucha grasa y engordan

No es cierto. La leche y sus derivados contienen una baja cantidad de grasas. Más del 80 % de su contenido es agua y solamente tiene entre un 3 y un 5 % de grasa, mientras que en sus versiones parcialmente descremada y descremada el contenido de grasa se reduce a un 1,5 % y un 0 % respectivamente.

2. Los lácteos son la principal fuente de calcio

Es cierto. Los lácteos son los alimentos que tienen el calcio más biodisponible son los lácteos. La leche y sus derivados, como por ejemplo el yogurt, son la fuente de calcio con mayor biodisponiblidad para nuestro cuerpo. Además de contener calcio en grandes cantidades, este tipo de alimentos contienen caseínas y lactosa que favorecen su absorción.

La diferencia entre los lácteos y otros alimentos donde la concentración de calcio contenida es alta radica en que en estos últimos hay sustancias como oxalatos y fitatos que forman compuestos insolubles a nivel intestinal, lo que disminuye su biodisponiblidad.

3. Es mejor consumir la leche sola, sin mezclarla con otro alimento

Se puede incluir a la leche en cualquiera de las comidas a lo largo del día. Se puede combinar con frutas, cereales, semillas o como parte de las infusiones en el desayiuno o la merienda, o consumir lácteos en el almuerzo o la cena. Lo importante es respetar siempre las recomendaciones: tres o cuatro porciones por día donde podemos combinar estos productos.

4. La leche ayuda a combatir la osteoporosis

La leche, los yogures y productos fermentados constituyen uno de los factores nutricionales más importantes tanto en la prevención como en el tratamiento de la osteoporosis. 

Esto ocurre no sólo por su contenido, sino también porque la mayoría contiene vitamina D, necesaria para la correcta fijación en los huesos y dientes.

Así, ya llegamos a la mitad de los 8 mitos sobre el consumo de lácteos. 

5. La leche no hidrata

Falso. Como ya mencionamos anteriormente, más del 80 % de su composición es agua, por lo que representa una fuente excelente de hidratación.

6. Se pueden evitar los lácteos

Sí. Hay muchas personas que eligen llevar una dieta vegetariana o vegana, donde los productos de origen animal no están incluidos. Cuando una persona elige este camino de vida, se les recomienda que visiten a un nutricionista, para diseñar un plan donde se incluyan alimentos de origen vegetal que contengan calcio y los nutrientes que aportan los lácteos en general, con el fin de evitar las deficiencias que puedan aparecer en el organismo por la falta del consumo de lácteos.

7. La leche entera contiene más calcio que la leche descremada o deslactosada

Falso. La leche entera contiene la misma cantidad de calcio que la descremada o deslactosada. La diferencia radica en el contenido graso de cada una de estas leches. La deslactosada no tiene lactosa (el azúcar de la leche), porque muchas personas no la toleran.

8. Qué pasa con las personas que tienen intolerancia a la lactosa

La lactosa es el azúcar que se encuentra en la leche y sus derivados. Para poder digerirla en el intestino, el cuerpo necesita una enzima llamada lactasa, que algunos organismos producen en escasa cantidad o directamente no tienen, como es el caso de las personas que padecen celiaquía.

La opción para estar personas es el consumo de leche deslactosada, que también tiene el resto de los propiedades de la leche común. En cuanto a los yogures, estas personas pueden probar la tolerancia que tiene ya que en este tipo de lácteo la lactosa se encuentra predigerida por bacterias lo cual ayudará su digestión y absorción.

Se puede incluir a la leche en cualquiera de las comidas a lo largo del día. Se puede combinar con frutas, cereales, semillas o como parte de las infusiones en el desayuno o la merienda, o consumir lácteos en el almuerzo o la cena. Lo importante es respetar siempre las recomendaciones: tres o cuatro porciones por día donde podemos combinar estos productos.

Artículo tomado del siguiente enlace.