defaultFoto: Ganadería Colombiana Sostenible.

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Alianzas poderosas que aseguran beneficios económicos y ambientales

23 de Junio 2020

La ganadería se asocia con procesos de degradación de suelos, pérdida de biodiversidad y disminución de disponibilidad de agua, que a su vez resultan en la disminución de la productividad ganadera y el empobrecimiento de los campesinos. Esta realidad está siendo transformada.

Según datos del Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV), la ganadería ocupa cerca del 32 % del territorio nacional (aproximadamente 38 millones de hectáreas) y 66 % de éstas presenta algún nivel de degradación. Esta producción ganadera es de gran importancia para la economía rural, sectorial y la oferta alimentaria del país, contribuyendo con el 3,6 % del PIB nacional, el 27 % del PIB agropecuario y el 64% del PIB pecuario. Además, representa el 7 % del empleo nacional y el 28 % del empleo rural.

En este marco, surge el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible que, a través de la adopción de sistemas de producción silvopastoriles, busca elevar la productividad de las fincas ganaderas a la vez que incrementar la prestación de bienes y servicios ambientales (mejorar la regulación hídrica y el control de la erosión, aumentar la biodiversidad y el almacenamiento de carbono y reducir las emisiones de óxido nitroso y de gas metano, entre otros). Estos arreglos incluyen medidas como árboles dispersos en potreros, cercas vivas, setos y bancos mixtos de forraje y sistemas silvopastoriles intensivos.

La iniciativa es impulsada por una poderosa coalición conformada por la Federación Colombiana de Ganaderos, CIPAV, Fondo Acción, Conservación Internacional, Fondo Nacional del Ganado, y es apoyada con fondos del Fondo Ambiental Mundial y el Departamento de Energía y Cambio Climático del Reino Unido, administrados por el Banco Mundial. Por parte del Estado, los socios principales son el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Beneficios

El proyecto busca incrementar en un 5 % la producción de carne y leche por hectárea con el consecuente beneficio para los ganaderos, así como reducir el uso de insumos externos, logrando disminuir los gastos de fertilización y control de moscas hasta un 70 %. La intervención se basa en un modelo de asistencia técnica, complementado por otros incentivos para los ganaderos, como pagos por servicios ambientales y apoyo para el acceso a créditos.

Un impacto económico tangible ha sido el desembolso de USD 43 733 a 143 predios, generando ingresos adicionales a sus dueños en concepto de pago por servicios ambientales, como la conservación de la cobertura boscosa. Para tal efecto se registran anualmente los cambios en los usos del suelo, y se paga de acuerdo al aumento de las coberturas arbóreas (por cada 100 puntos de incremento en el índice, las fincas reciben USD 75). Un aspecto fundamental de la ganadería es su contribución al cambio climático.

Según datos de la FAO, la ganadería de bovinos es responsable del 65% de las emisiones del sector ganadero a nivel global. La información de esta experiencia contribuyó a formular en Colombia una propuesta de Acción Nacional Apropiada de Mitigación (NAMA, por sus siglas en inglés) de Ganadería Sostenible que aumente el área de sistemas silvopastoriles a más de un millón de hectáreas. Esta propuesta ya fue incluida en el Plan Nacional de Desarrollo y hace parte del compromiso de Colombia ante la CMNUCC.

Replicando juntos

El proyecto de Ganadería Colombiana Sostenible ha generado una caja de herramientas que permite su réplica: el modelo para la puesta en marcha de los sistemas silvopastoriles, el esquema de pago por servicios ambientales, el sistema de monitoreo y evaluación de servicios ecológicos (recuperación del suelo, la biodiversidad y la productividad) y el modelo de asistencia técnica fundamentado en principios de extensión rural.

Por otra parte, esta iniciativa ofrece una fórmula de alianza interesante. Por un lado, un gremio ganadero que pone su capacidad de asistencia técnica, convocatoria y liderazgo al servicio de una clara apuesta por la sostenibilidad. Por otro, unos socios con fuerte capacidad científica y técnica dispuestos no solo a identificar especies forestales y arbustivas que se adapten adecuadamente a las condiciones propias de los potreros, sino también a acompañar su introducción a nivel de finca.

La experiencia actualmente incluye 2.491 fincas (72 % de pequeños ganaderos) con un área total de 113 707 hectáreas distribuidas en 83 municipalidades. Más de 200 000 árboles y arbustos propagados. Logrando un secuestro de carbón de 12 041 a 14 611 toneladas/año.

“Con esos árboles llegaron cucarrones que mueven la tierra, cogen los excrementos de las vacas, los dejan en el fondo y mejoran la calidad de la tierra... antes de ser ganadero debe ser agricultor, porque los animales también comen. Si talan árboles, entonces ¿qué nutrición va a tener una vaca?”, replicó Alba Tamayo, Líder comunitaria.

Texto tomado del siguiente enlace: PNUMA.