Cada vez el queso está más presente en nuestro día a día y en los momentos especiales. Es un alimento que no deja indiferente a nadie, del cual cada vez nos preocupamos por conocer más. Formación e información para disfrutar de este manjar. Hoy comenzamos por el principio: ¿cuál es el origen del Queso?

Origen del queso

Si prestamos atención a los hallazgos arqueológicos podemos sacar ciertas conclusiones de cómo y cuándo surgió el queso.

No se puede fijar una fecha exacta, pero sí podemos asegurar que los primeros quesos aparecieron en el Neolítico, a raíz de la domesticación de los animales, hace entre 10.000 y 12.000 años.

Los primeros animales en ser domesticados fueron la cabra y la oveja, aproximadamente 2.000 años después se domesticó la vaca.

¿Cómo se elaboró el primer queso?

El origen del queso fue algo tan espontáneo como natural, aunque los griegos atribuyeron este origen al hijo del Dios Apolo, llamado Aristeo.

Lo que es indiscutible, es que el origen del Queso fue dado por la observación y curiosidad del hombre; se fijó en que la leche a raíz de un período de tiempo se cuajaba y a que temperatura esto sucedía. Ya que en función de si era más alta o baja cuajaba más o menos rápido.

Observaron también, que al cuajarse la leche se vertía un líquido (suero), cuanto mayor era la cantidad de líquido vertido, la cuajada se hacía más consistente. Esta consistencia hacía que el queso pudiera conservarse más tiempo.

Por último, descubrieron el cuajo (sin el cual no podemos elaborar el queso), es la enzima digestiva que se extrae del estómago del cabrito o del cordero.

De este descubrimiento existe una leyenda; un pastor de Asia Menor, cuyo nombre era Kanama guardó la leche ordeñada de su rebaño en una odre , tras un tiempo en movimiento y expuesto a altas temperaturas la leche se cuajó.

Tras esto el hombre se ocupó de buscar la manera para poder realizar de nuevo esta transformación.

El origen del Queso es algo que sucedió hace muchos años y que influyó en ello diferentes factores. Hechos que hoy nos permiten disfrutar de este derivado lácteo.

Quizás algo fortuito, unido a la curiosidad del hombre, a la paciencia y capacidad de observar la evolución de los cambios en la leche.

Artículo tomado del siguiente enlace.