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El milagro de transformar pasto en leche

27 de Julio 2015

Todas las razas cebuinas originalmente, por selección natural en condiciones inhóspitas, son productoras de leche suficiente para criar bien sus becerros y abastecer con el excedente al ser humano. Como ejemplo, podemos citar la raza Guzerá, Gyr y la Sindi.   En Brasil, la genética, ampliamente utilizada en la ganadería de carne o llamada también de corte, es considerada también estratégica para que la cadena productiva de leche sea viable, basada en el régimen integral o parcial de pasto, por la capacidad de mantener volumen y calidad en escala comercial. El pasto transformado en leche es un alimento noble y por su valor nutricional superior, se transforma en un alimento esencial al mantenimiento de la buena salud de las personas.   La leche de las vacas criadas a pasto contiene 5 veces más CLA (ácido linoleico conjugado) que la leche de las vacas que reciben alimentación a base de granos o concentrados. Ya ha sido constatado que el tipo de grasa CLA es uno de los más poderosos combatientes del cáncer. Investigadores franceses compararon los niveles de CLA en los tejidos mamarios de 360 mujeres, en aquellas con alto tenor de CLA en sus tejidos, el riesgo de cáncer determinado fue 74 % menor que en las mujeres con bajos tenores de la sustancia. (Lea: Quesos y su composición en grasa)   Otra riqueza en la composición de la leche de las vacas criadas a pasto es la tasa ideal de las EFAs, los ácidos grasos esenciales llamados Omega-6 y Omega-3, que contribuyen para la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, disturbios autoinmunes, alergias, obesidad y varios disturbios mentales. El equilibrio en el nivel de estos dos ácidos es una condición inherente a la leche, pero que es fácilmente alterado en la conversión alimenticia del ganado confinado. Apenas las vacas alimentadas a pasto, criadas en una situación lo más próxima a lo natural, pueden mantener totalmente la calidad del producto.   Los lácteos fabricados con leche oriunda de cría a pasto poseen mayor cantidad de sólidos y grasa, por eso, tienen un rendimiento superior en la industria y tienen amplia aceptación en el mercado consumidor por su consistencia firme, tonalidad amarillenta y sabor intenso. (Blog: Mitos y verdades sobre la leche larga vida)   “Los productos lácteos de las vacas criadas a pasto poseen un sabor delicioso y un colorido amarillento. Son pruebas visibles de su contenido enriquecido con carotenos. Al servir queso o leche proveniente de ganado criado a pasto, notamos la diferencia”, destaca Licinia de Campos, nutricionista e investigadora de Láctea Brasil.   Fuente: Perulactea