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Ganadería pastoril argentina secuestra 12 veces más carbono que el que emite

27 de Enero 2020

Según el Rosgan, este sector puede compensar las emisiones tanto rurales como urbanas. Argentina es el país del Mercosur con mayor potencial para hacerlo.

Un mensaje publicado en las redes sociales por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) volvió a reavivar la discusión en torno al rol de la ganadería en el incremento del calentamiento global.

En la misma jornada, el mercado ganadero de Rosario (Rosgan) dio a conocer un informe en el que cuestiona esta visión del sector e insiste con la mirada que se está impulsando desde Argentina sobre que hay que cambiar la forma en que se miden las emisiones de carbono, computando también la captura o secuestro de este gas que pueden realizar los pastizales.

Datos

El Rosgan reconoce en su reporte que, de acuerdo al último inventario oficial realizado en base a los parámetros establecidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), correspondiente al bienio 2014, el sector ganadero nacional contribuye en un 20,7 por ciento a la generación total de gases de efecto invernadero, en su mayor parte provocados por las emisiones de metano provenientes de la fermentación entérica de bovinos.

Sin embargo, el Rosgan también menciona un trabajo científico realizado por un grupo de investigadores del Conicet (Ernesto Viglizzo, María Florencia Ricard, Miguel Taboada y Gabriel Vázquez Amabile) quienes analizaron el rol de las tierras de pastoreo en el balance regional de carbono, y proponen una metodología más “completa” para medir el impacto de la ganadería que la elaborada por el IPCC.

En dicha investigación, se evalúa el balance de carbono en tierras de pastoreo, integrando el secuestro de carbono que realizan las pasturas con las emisiones que genera el ganado bovino, planteando así una medición alternativa al método simplificado del IPCC que siguen las estimaciones de inventarios nacionales.

Para estimar este secuestro de carbono, el estudio se enfocó en el almacenamiento de carbono orgánico en suelo, para los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Los resultados muestran que las tierras de pastoreo estarían generando un excedente de carbono; es decir, que las emisiones que producen los animales resultan más que compensadas por el secuestro de carbono que generan estos lotes ganaderos.

“De acuerdo este enfoque, Argentina es el país que –en términos relativos- presentaría la mayor tasa de secuestro de carbono en relación a lo que emite la ganadería. Es decir, el país que mostraría el balance de carbono con mayores excedentes en toda la región, secuestrando 12 veces más de lo que emite, comparado con una relación de 3,5 promedio para la región”, indica el Rosgan

Y continúa: “Así, en el balance general Argentina tendría una relación secuestro/ emisión de 6,7 mientras que los restantes países se ubican entre 1,1 y 2,1. El trabajo resulta concluyente. El excedente de carbono que estarían generando un sistema de ganadería pastoril, no sólo puede compensar las emisiones del sector rural en su conjunto sino también, parcial o totalmente, las emisiones de sectores no rurales”.

Miradas

En este marco, el Rosgan rescata que, el año pasado, el IPCC a través un documento oficial reconoció que “las oportunidades para el secuestro de carbono en pastizales y pasturas pueden ser significativas”, y mencionó que el secuestro de carbono relacionado con el manejo de ganado “en pasturas bien gestionadas” podría considerarse “como una práctica de mitigación” de emisión de gases de efecto invernadero.

“Esta mención sin dudas representa un punto de inflexión clave para nuestra región dada la elevada proporción de ganado criado en pastizales. Este cambio de concepto, de inventario a balance, así como una comunicación más proactiva incluso desde lo privado, ayudaría a conciliar visiones que actualmente se perciben diametralmente opuestas, entre ganaderos y grupos ecologistas”, subraya el Rosgan.

E insiste en que “la Argentina tiene un enorme potencial para mitigar los efectos del cambio climático a través de una ganadería pastoril, concebida bajo un manejo sostenible que proteja la biodiversidad de los ambientes rurales”.

Texto original en el siguiente enlace.