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Ganadería y gases de efecto invernadero: ¿reducir o compensar?

18 de Marzo 2019

Antes, algunos conceptos básicos. El principal gas invernadero es el vapor de agua, responsable de dos tercios del efecto invernadero natural, ya que atrapan el calor que irradia la Tierra y la propagan a su vez en todas las direcciones, calentando la superficie del planeta. En razón de que las actividades humanas no añaden vapor de agua a la atmósfera, concentrémonos en los gases que provienen de lo que hacemos. Los principales GEI son: a. dióxido de carbono (CO2); b. metano (CH4); c. óxido nitroso (N2O); d. Ozono; e. los cuatro gases fluorados, los únicos que no se producen de forma natural, sino que han sido modernamente desarrollados para fines industriales. El CO2 representa 61% del total de las emisiones y viene de las deforestaciones y los transportes (quema de combustibles fósiles).

La ganadería es acusada de ser una de las más poderosas fuentes de emisión de GEI. No es la única, tampoco la más expresiva, pero es la más acosada. Hay científicos que hablan con visión vegetariana por encima de la preocupación con eventuales daños al planeta. Es la propaganda subliminal del vegetarianismo disfrazada de ciencia. Nos vienen con la impopular recomendación de que debemos abstenernos de comer carne. Cuenta también con creciente simpatía popular la condescendencia hacia los animales en su papel de suplir nuestras carencias afectivas. Pero nada supera el arraigado concepto de que la carne, además de alimento esencial, es una recompensa muy enlazada con la sensación humana de felicidad. Quien trabaja con tareas que exigen esfuerzo físico necesita comer carne para ser enérgico y productivo. Cuando estamos felices y tenemos plata en el bolsillo, la primera idea que se nos viene es celebrar con carne. Los uruguayos, argentinos y meridionales de Brasil saben muy bien el significado de esta constatación.

Los herbívoros se alimentan de plantas que fermentan es sus estómagos y por eructación exhalan metano, 23 veces más efectivo que el CO2 en retención del calor en la atmosfera. Representa 14% de las emisiones totales, la mayoría proviene de la ganadería, pero no solo, contribuyen también los incendios de campos y florestas y el arroz bajo riego, principal grano de Asia, 70% de la población mundial.

En lo que se refiere a industria, transporte, comercio y consumidor, mediante férrea determinación humana e ingentes esfuerzos de organización, se puede reducir las emisiones de GEI. Pero solo en la ganadería se puede compensar estas emisiones. El diccionario nos aclara las diferencias: reducir es tornar menor un daño o perjuicio; compensar es reparar un daño o perjuicio con un bien. Cada bovino adulto emite por año 1.175 kg de CO2 equivalente. En el inicio del uso racional de los pastos (sistema Voisin), es posible adicionar anualmente al suelo de 4-10 ton/ha de carbono, con perspectivas de 14ton. Eso deben ganaderos y profesionales de ciencias agrarias decirles con orgullo a la sociedad, mayormente urbana, y los movimientos de protección del ambiente natural. No solo somos ecológicos en palabras y rectas intenciones, somos los que más podemos contribuir para un buen futuro a las nuevas generaciones.

En el VIII Encuentro Internacional de Pastoreo Voisin, que tendrá lugar de 11-13 de abril en Salto (UY), este tema será ampliado por el investigador costarricense Sergio Abarca, quien ha desarrollado metodología de medición de captura de GEI en los sistemas pastoriles. Costa Rica de modo pionero certifica y le da premios de incentivo a las fincas carbono neutrales, programa que puede ser ejemplo a todos los países de las Américas.

Otros temas estarán en evidencia en las conferencias de especialistas y los testimonios de productores que adoptan el sistema en Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay y Uruguay: diseño de potreros y materiales necesarios; agua en todos los potreros y áreas sociales; bienestar y sombra para los animales; diseño de potreros; desmalezadas y evolución de la calidad de los pastos; planificación alimentaria basada en pasturas; silvopastoreo; ganado de cría y maternidad en pastoreo racional; programas de gremios ganaderos para mejorar la productividad de sus socios; administración y asistencia técnica. La jornada de campo será en El Ombú, modelar proyecto de desarrollo ganadero, ubicado solo a 10 quilómetros del centro de la ciudad.

Será preciosa oportunidad para que los ganaderos y técnicos escuchen y discutan las distintas versiones de los temas que conforman la ganadería rentable, ecológica y de bienestar humano y animal y decidan a adoptar en sus predios la más conveniente o ninguna, si sea el caso.

Texto original en el siguiente enlace