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Viaje al futuro de los bosques tropicales

01 de Marzo 2023

Para gestionar la recuperación de los bosques tropicales es necesario predecir cómo se desarrollarán en el futuro. Esto es precisamente lo que ha logrado un equipo internacional de científicos en las selvas tropicales de Panamá.

Los bosques tropicales son un foco de biodiversidad. En el contexto del cambio climático, además, su protección juega un papel fundamental por lo que se torna especialmente importante predecir cómo estos bosques tan diversos pueden evolucionar durante décadas e incluso siglos. Esto es exactamente lo que han logrado los investigadores del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de Biodiversidad –iDiv– y la Universidad de Leipzig –UL– entre otras instituciones internacionales de investigación.

En ninguna parte del mundo la pérdida de los llamados bosques primarios avanza más rápido que en los trópicos, donde gran parte de ellos son talados para dar paso a la agricultura y la ganadería y donde, resultado de la tala, se pierden cada día hábitats muy importantes para muchas especies. Además, esta tala propicia que el carbono almacenado en los árboles a través de procesos que requieren décadas, se libere en forma de CO2.

Sin embargo, cuando estas áreas previamente despejadas ya no se usan, en ellas crecen nuevos bosques secundarios que capturan parte del CO2 previamente liberado. Por lo tanto, la promoción de tales áreas forestales naturales puede ofrecer una forma económica de mitigar el impacto del CO2 liberado a la atmósfera al mismo tiempo que se promueve la recuperación de la biodiversidad.

No obstante, hay que tener en cuenta que no todos los bosques se desarrollan de la misma manera. Para gestionar la recuperación y la renaturalización de los bosques tropicales es necesario poder predecir cómo se desarrollarán los bosques. Para lograr esto, se deben conocer ciertos parámetros; ¿Cuán rápido crecen los árboles y cuán rápido mueren? ¿Cuántos descendientes produce cada especie que aseguren su existencia? Estos son precisamente los datos que se han registrado en Panamá durante los últimos 40 años en una de las selvas tropicales más investigadas del mundo para 282 especies de árboles.

Utilizando estos datos, los investigadores pudieron demostrar que los árboles siguen diferentes estrategias durante su desarrollo. Por un lado, difieren en términos de su ritmo de vida; mientras que las especies 'rápidas' crecen y mueren rápidamente, las especies 'lentas' crecen lentamente y son mucho más longevas. Por otro lado, los árboles pueden diferir en cuanto a su estatura, independientemente del ritmo de vida. En este segundo caso encontramos 'gigantes infértiles', también conocidos como pioneros longevos; árboles que crecen relativamente rápido y alcanzan una gran estatura, pero producen solo unos pocos descendientes por año. En contraste también tenemos los conocidos como 'enanos fértiles'; pequeños arbustos y árboles de pequeño rango que crecen lentamente y no viven mucho tiempo, pero que producen una gran cantidad de descendientes.

Pero, ¿cuántos y qué factores de esta diversidad demográfica deben tenerse en cuenta para que podamos predecir el desarrollo de un bosque diverso? Un equipo de investigación internacional desarrolló un experimento digital para responder esta pregunta. En un modelo por ordenador simularon cómo los árboles crecen, mueren, producen descendencia y compiten por la luz como en un bosque real. Ajustaron los parámetros según diferentes configuraciones de especies y del modo en que estas competían entre sí tomando en cuenta las 282 especies de árboles de las selvas tropicales de Panamá y sus estrategias de supervivencia, pero centrándose en 2 aspectos principales: su ritmo de vida y su estatura.

Los científicos compararon después las predicciones de su modelo con el desarrollo observado de varios bosques secundarios reales que volvieron a crecer en terrenos previamente deforestados y descubrieron que su modelo funcionaba de manera fiable con solo cinco tipos de estrategias. "En particular, los pioneros de larga vida son importantes porque representan la mayor parte de la biomasa y el carbono en este tipo de bosque en casi todas las edades, y no solo en los bosques de mediana edad como se suponía hasta ahora", explica Nadja Rüger, autora principal de estudio.

Tras años de investigación, Rüger y sus colegas ahora han podido establecer un modelo completamente basado en datos que se puede utilizar para predecir el desarrollo de bosques ricos en especies, sin el ajuste tedioso habitual y la calibración de parámetros desconocidos del modelo, por lo tanto, ahorrando tiempo y recursos. "Básicamente, pudimos reducir el bosque a su esencia, y eso solo fue posible porque sabemos mucho sobre las especies de árboles del bosque de Panamá", añade la investigadora.

Si bien los bosques están siendo afectados por el cambio climático, también están reduciendo significativamente su ritmo de absorción de CO2: se estima que la vegetación de la tierra absorbe aproximadamente el 34% de las moléculas de carbono que emitimos, anualmente. Sin embargo, los científicos no están seguros de si podremos contar con este importante servicio del ecosistema en el futuro.

Texto original en el siguiente enlace.