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Acuerdo con las Farc

Por Fernando Londoño - 04 de Marzo 2013

Como nunca en la historia han conseguido acuerdos con las Farc los enviados a La Habana por el Presidente Santos. ¡Como nunca en la historia!

Como nunca en la historia han conseguido acuerdos con las Farc los enviados a La Habana por el Presidente Santos. ¡Como nunca en la historia!

Suena conocida la cantinela. Como nunca en la historia se han hecho tantas maravillas en infraestructura, nos dicen mientras tratamos de movernos por carreteras destrozadas. Como nunca en la historia se han hecho tantas maravillas en materia de salud, les dicen a los infelices que llegan a las puertas de hospitales que se caen a pedazos, a tratar de recibir una atención cada día más pobre e inhumana. Como nunca en la historia se han perfeccionado inversiones en tecnología, en ciencias, en investigación. Como nunca en la historia ha sido tan respetada Colombia en el escenario internacional. Como nunca en la historia ha crecido la ayuda al campo, cuando el campo ve pasar la fila interminable de los cafeteros, bananeros, cacaoteros, maiceros, floricultores, arroceros arruinados. ¡Como nunca en la historia!

Hay que creer lo de las Farc. Lo dice una señora o señorita Marisol Gómez Giraldo, dueña de la verdad revelada sobre estos diálogos. Desde el oráculo de Delfos siempre ha sido así: hay una diosa Pitia que sabe lo que los mortales ignoran. (Lea: “No soy enemigo de las Farc”: José Félix Lafaurie)

Pero eso no vale la pena. Lo que vale la pena es llenarnos de ilusión por la noticia de que expertos en temas agrarios como De La Calle, o Jaramillo, de una parte, y de la otra Márquez y Santrich y Granda, han llegado a acuerdos nunca soñados. No vale la pena que las partes estén en desacuerdo con aquello de los acuerdos. Porque la encantadora Marisol nos asegura que están en firme y Márquez lo niega. Pero si Marisol lo dice, y ella escribe para El Tiempo, es porque Márquez no anda bien enterado de lo de que en verdad piensa Márquez.

Pero aún creyendo que Márquez no sabe bien que es lo que piensa y dice, los acuerdos jamás logrados no alcanzan a entusiasmarnos. Aquello de formar un banco de tierras con las que se quiten a los bandidos, es demasiado obvio y demasiado simple como para que alguien se ponga en desacuerdo con ese acuerdo. (Lea: "Ni el Gobierno ni las Farc saben de desarrollo rural": Lafaurie)

Lo que es un poco más cuesta arriba es que de verdad el Gobierno le quite la tierra a los bandidos. Ya ha tenido más de dos años y medio para hacerlo en grande y no ha logrado nada. Nada, fuera de decir que en esa materia también se hacen cosas que jamás se hicieron.

Banco de tierras con las que se quiten a los bandidos. Nada original idea, pero tendremos que suponer que nunca antes se le ocurrió a nadie. 

Empecemos por averiguar si ese banco empezará con el activo de más de millón y medio de hectáreas que dominan los bandidos de las Farc, que juran no tener un metro de tierra apropiado a la fuerza. Ahí ya naufraga el primero y fundamental acuerdo, tan dispendiosamente conseguido.

En la lista de estos colosales acuerdos, sigue el tema del catastro. Porque es también la primera vez que a alguien se le ocurre que haya un catastro bien hecho sobre las tierras rurales de Colombia. (Lea: Gobierno de Colombia y Farc se exigen mutuamente acelerar diálogo de paz)

El problema estriba en saber si esas tierras valdrán algo o no valdrán nada después de que se consigan los demás acuerdos sobre tierras. Y si toda la tierra se va a repartir entre campesinos pobres, nos explicará alguien cómo aumentará el recaudo de impuestos que se consiga cobrándole a los más pobres de los pobres, que son los campesinos pobres.

En fin. Que doña Marisol nos puede decir misa, tomando de prestado la frase de Granda contra Santos, y no nos convence. Porque no nos ha dicho si de verdad las Farc aceptan ser los mayores terratenientes de Colombia; si aceptan “latifundistas” y que cosa es un latifundista; si aceptan la inversión extranjera en el campo; si aceptan la formación de grandes empresas agrícolas y agroindustriales; si respetarán la propiedad agrícola legítimamente adquirida; si renuncian a la conformación de aquellas unidades campesinas donde no entren policías y soldados, porque para armas basta con las de ellos. En fin, que no hemos empezado y ya cantamos los mayores acuerdos jamás logrados. Genio y figura......