Por: Roberto Zabaraín
Es que la Cámara de Representantes se elige por circunscripción departamental. Es decir que obtienen curul gracias a los votos de sus paisanos del respectivo Departamento. Significa que, como su nombre lo indica, representan, o mejor, deberían representar los intereses y el sentir, no sólo de sus electores, sino de toda la población de sus propios territorios.
No lo hacen. Y no les importa quedar en evidencia. Sólo representan sus propios intereses y ambiciones, y actúan en consecuencia pésele a quien le pesare: votan por sí mismos, en función de las cuotas burocráticas y de contratos que el gobierno les entregue. Son mercaderes de la política. Así, aprobaron la reforma a la salud con 17 votos liberales, Gaviria pregona que no, pero sus numerosas huestes votan sí, el capo del partido juega a quedar bien con Dios y con el diablo; cinco (5) votos de la “U”, pese a que no son muchos, Dilian Francisca es la que mayor precio exige, la más utilitarista, y no lo disimula; y lo más triste, ¡DIEZ votos godos! El otrora honroso partido azul de Mariano Ospina, Laureano Gómez, y Gilberto Alzate apoyando los proyectos del comunismo, la desvergüenza total, se venden sin recato ni pudor.
Así algunos políticos de hoy interpretan la política: Dejó de ser una confrontación de ideas, para convertirse en una competencia de intereses y de capitales. Por tan triste sinrazón la Cámara aprobó el dañino Proyecto de Ley petrista de reforma a la salud: con los mercenarios votos de quienes no comulgando con la ideología, se someten por la mercancía. Incluso mimetizando su apoyo sin votar: sólo conservando el quórum para legalizar la ideologizada votación.
Circula en redes el cuadro del deshonor, donde se identifica con nombre y foto a cada uno de los traidores. Hay que divulgarlo para que, así como el estribillo “Fuera Petro”, se generalice el rechazo y, en cada Departamento, en cualquier escenario se les señale: “Ahí están, ésos son, los que venden la Nación”. [email protected]