Silverio Jose Herrera

Batallón Junín: con paso de vencedores, el ejercito que le cumple al ganadero

Por Silverio Jose Herrera - 26 de Noviembre 2025


En una región donde la seguridad rural sigue siendo uno de los mayores desafíos, el Batallón de Infantería No. 33 “Batalla de Junín”, unidad orgánica de la Décima Primera Brigada con sede en Montería, ha demostrado que el compromiso institucional no se declama: se ejerce, se camina y se respira en cada patrullaje. Al mando del señor teniente coronel Jair José González Martínez, esta unidad militar ha dado pasos firmes y decisivos en la protección del gremio ganadero de los municipios que integran su jurisdicción en el departamento de Sucre. No ha sido un esfuerzo improvisado ni un intento aislado de control territorial; ha sido la aplicación rigurosa de un liderazgo cercano, operativo y estratégico que entiende la sensibilidad del campo y la urgencia de su defensa.

Con cinco pelotones de infantería (soldados de a pie que conocen el terreno, las trochas, el paisaje y las dinámicas rurales) el Batallón Junín realiza operaciones constantes de control, presencia y acompañamiento en los municipios de El Roble, San Benito Abad, San Marcos y Caimito. A ello se suma un robusto apoyo de varias unidades motorizadas que permiten mayor movilidad, rapidez de reacción y capacidad para cubrir extensas áreas donde, históricamente, los grupos delictivos han intentado sembrar su influencia mediante la intimidación, la extorsión o el desplazamiento silencioso de productores agropecuarios. Para ello también cuentan con el apoyo de Drones de reconocimiento en vuelos diurnos y nocturnos sobre las áreas en mención. Sin embargo, la presencia militar ha impedido que esas amenazas se consoliden. Hoy, la población siente que no está sola.

El coronel González no se ha limitado a cumplir la misión básica de control militar: ha fortalecido un modelo de disuasión integral que incluye control del área, patrullajes permanentes, puestos de observación y presencia en puntos críticos. Uno de esos puntos, quizás el más sensible de la región, es la vía que conecta Sampués con Chinú, corredor utilizado por campesinos, comerciantes y ganaderos, pero también por delincuentes que durante años vieron en sus vías un escenario favorable para actuar. Allí, el Batallón mantiene una base militar fija, apoyada por unidades motorizadas que patrullan y controlan desde la conocida “Curva de Cárdenitas”, lugar que había sido señalado por la comunidad como un punto de vulnerabilidad.

Ese despliegue no surgió de decisiones tomadas desde un escritorio. Fue el resultado directo de una reunión sostenida entre el comandante del Batallón y ganaderos de Sincelejo, Sampués, Chinú, Sahagún, San Andrés de Sotavento y La Unión. En ese encuentro, los productores expusieron inquietudes, necesidades y temores. El coronel González escuchó, tomó nota, evaluó y se comprometió a reforzar los patrullajes diurnos y nocturnos en esa vía. Y cumplió. Desde entonces, las unidades del Batallón Junín han aumentado su presencia, dejando claro que la seguridad del campo no se negocia, se garantiza.

Este tipo de liderazgo (cercano, dialogante y al mismo tiempo firme) ha sido clave para que los ganaderos recuperen la confianza en las instituciones. En una época donde la criminalidad rural muta y se adapta, la respuesta del Estado debe ser igualmente dinámica. Por eso es valioso resaltar que el Batallón Junín, aunque muchas veces debe asumir tareas que no corresponden estrictamente a su misionalidad, no ha dejado de atender los requerimientos del gremio ganadero de Sucre y Córdoba. Lo hace por sentido de deber, por convicción, por vocación de servicio y porque entiende que proteger a quien produce es proteger la economía, la estabilidad social y la dignidad del territorio.

No obstante, el coronel González ha sido claro en algo fundamental: la seguridad es un esfuerzo compartido. Ninguna estrategia militar, por robusta y efectiva que sea, puede sostenerse sin la colaboración activa de las comunidades. Por ello, hace un llamado respetuoso pero firme a no acceder a las peticiones de los bandidos, a no ceder ante extorsiones disfrazadas de “colaboraciones” y, sobre todo, a informar de manera oportuna los movimientos sospechosos, la presencia de individuos ajenos a la región o cualquier alteración del entorno habitual. La información temprana salva vidas, evita secuestros, previene abigeatos y permite neutralizar amenazas antes de que se materialicen.

El Batallón Junín ha demostrado que la distancia entre una comunidad protegida y una comunidad vulnerable se reduce cuando hay confianza mutua. Y esa confianza se construye dialogando. Por esa razón, el coronel González mantiene una invitación permanente a los ganaderos de San Marcos, Sucre, Majagual, Guaranda, San Benito Abad y Caimito: quiere escucharlos, conocer de primera mano sus problemáticas, entender cuáles son las zonas más afectadas, cuándo se presentan los hechos delictivos, quiénes son los actores que intimidan y cómo la comunidad percibe su territorio. Está dispuesto a asistir a cada reunión que ustedes (los productores) programen. Ya lo hizo con los ganaderos de otros municipios, y lo hará con ustedes. Su liderazgo no se ejerce a distancia: se ejerce de frente, con botas en el terreno y con disposición absoluta para atender cada inquietud.

En tiempos donde la ruralidad exige decisiones de Estado precisas y rápidas, el Batallón de Infantería No. 33 “Batalla de Junín” se ha consolidado como una unidad que cumple, que acompaña y que protege. Su lema, “Paso de vencedores”, no es una frase de desfile militar: es una descripción exacta del trabajo diario de sus hombres, que avanzan sin titubeos para garantizar que el campo no quede a merced de la delincuencia. Cada patrullaje, cada escolta, cada control de área, cada diálogo con un productor es una muestra de que la misión se está cumpliendo con honor.

El gremio ganadero de Sucre y Córdoba sabe que puede contar con esta unidad militar. Lo ha visto en la carretera, en los corregimientos, en las fincas, en los cascos urbanos y en las noches donde el silencio rural necesita ser protegido. Pero este esfuerzo no puede ser unilateral. La seguridad es un derecho, sí, pero también es una responsabilidad compartida. Y es allí donde la invitación del coronel González se vuelve crucial: abrir espacios de diálogo, construir redes de información y fortalecer la confianza entre comunidad y fuerza pública.

El Batallón Junín continuará presente en todos los municipios bajo su jurisdicción. Lo hará porque es su deber, pero también porque es su compromiso moral con quienes trabajan la tierra. Hoy, la región reconoce ese esfuerzo. Y mañana, cuando estos tiempos difíciles sean solo una sombra en la memoria, también se recordará que hubo soldados que no se rindieron, oficiales que no se escondieron y una unidad que siempre avanzó con paso de vencedores.