Senén González Vélez

Bazar de la coca: un tenebroso burdel en Altos del Remanso

Por Senén González Vélez - 10 de Abril 2022

Puerto Leguizamo, Putumayo. A mí me enseñaron que el 50% de la seguridad personal se la facilita uno mismo, y que la manera de lograrlo es no frecuentando lugares de riesgos o que se tenga sospecha mínima que puedan revestir peligro.

Puerto Leguizamo, Putumayo. A mí me enseñaron que el 50% de la seguridad personal se la facilita uno mismo, y que la manera de lograrlo es no frecuentando lugares de riesgos o que se tenga sospecha mínima que puedan revestir peligro.

Un burdel es un lugar donde se ejerce la prostitución y un bazar es la exposición física, a la vista, donde se encuentra todo tipo de productos, cosas, y hasta desfiles de mujeres, para escoger a gusto y placer entre comillas, desde la gonorrea, sífilis y hasta el sida con COVID 19, la que más les guste del bazar.

Recurriendo solamente a la lógica de un ciudadano común, como en efecto así lo soy, frecuentar un lugar de estos, de avisada función de serpientes venenosas, por el simple título, de Bazar de la Coca, allí se sabe de antemano, que no asisten, ni la madre de Calcuta, ni el papa Francisco, ni Àngeles, ni Arcángeles.

Son razones suficientes para afirmar que dicho lugar de perversidades esta únicamente reservado para gentes de la más alta peligrosidad, más que del bajo mundo, si del podrido y criminal estatus social, demonios de sentimientos resueltos para hacer lo que sea.

Entonces a mí no me cabe confusión alguna que es un lugar, en que, por generosidad de la mafia, se ofrece un banquete de coca, con putas incluidas, y whisky, de contrabando, y… que se forme la Sodoma y Gomorra, del placer.

  • ¿Qué finalidades podría tener esa ocurrencia de hacer un Bazar de Coca, que según se comenta su autor es Iván Márquez, que no es ninguna pera en dulce, y que ya debería estar cinco metros bajo tierra de manos de cualquiera que se quiera ganar una buena recompensa?

-Muchas lecturas.

  • Empecemos por la más sana.

Numero uno: Encuentro cocalero gratis, tipo picada, para consumirla por la nariz, y se hizo como una forma de crear confianza entre los muleros del producto, y los mafiosos que lo venden para crear acercamientos y clima de amiguismo.

Dos. Que por existir de parte de los terroristas desconfianza sobre los participantes al encuentro de cocalera y prostitución, había que tenderles una trampa de fondo construyéndoles un matadero, masacre musical, con el destructivo de bazares destructivos, para luego bajo la embriaguez, e inconciencia, ordenar a un comando terroristas, quienes utilizando vestimentas color negro, no usuales en nuestras fuerzas, y para neutralizar visualmente al espectador en la identificación de estos ataques físicos, actuaran asesinando justos y pecadores. Luego de cometido el desastre, al cambiar sus vestimentas por camuflados, que son los que usan los terroristas, pero que son prendas de uso privativo de las fuerzas armadas, se genera la confusión y el despiste. Los sobrevivientes, no están vivos por casualidad, esos hacen parte de la estrategia subversiva, terrorista, para que distorsionen sus versiones testimoniales, diciendo una verdad, que vieron en realidad, lo cual, no significa, que compendie la verdad total. Los testigos se limitaron a contar lo que estaba a la vista, pero sin conocer el trasfondo de la trampa. Esa le toca a las autoridades, no a los periodistas.

Así, las cosas, se construye un embudo, en que lo angosto es para la autoridad y lo ancho para el delincuente, lo que constituye una desventaja para la justicia, y… para la autoridad, mordaza anímica, por lo que es más complicado demostrar la verdad, aunque los registros muestran la verdad verdadera.

A mi juicio, los medios de comunicación deberían conocer el suceso e informarlo, pero los detalles de los hechos y las versiones de los testigos no deben publicarse hasta que no tengan los dos ingredientes probatorios, es decir, las dos versiones de lado y lado. CAUSA Y EFECTO Y VICEVERSA.

Sin ánimo de parcialismos de mi parte, yo dudo que las fuerzas del orden hayan tomado acciones, a la topa tolondra. Sobre todo, hoy, ya están más tecnificados, hay precisión selectiva en las operaciones, y los comandantes, ya están avisados de la perversidad de quienes no luchan por la patria, y si por la subversión y el comunismo. Se cuidan mucho y por eso los golpes son certeros y eso les incomoda a los terroristas y a los autores intelectuales de todos esos entramados, para incomodar la tranquilidad nacional, en tiempos electorales. Es una cadena urbana y rural, en simultánea, para desubicar a las fuerzas armadas.

De lo que si estoy convencido es que el desagradecimiento de cierto sector ciudadano, para quienes diariamente dan sus vidas por nosotros, es claramente visible y extremadamente desagradecido. Siempre se les acusa a los policías y soldados de una manera irresponsable, inhumana.

Personalmente soy partidario de aplicar medidas duras dentro de la ley, pero todo el que este metido en un bazar de la coca, es un participante directo o indirecto, pasivo o activo, de potenciales crímenes. Esos sujetos deben estar en la cárcel y si se oponen, entonces el lugar que les corresponde, es estar debajo de tierra. Así de sencillo. Pero ya basta, de ver que los terroristas, son los que desean mandar en el país. No señores. La ley es dura, pero debe seguir siendo ley. Y… si no entran por las buenas, bala, o proyectil, mato a machete.

Editorial Punta De Lanza. Lunes 11 de abril 2022.

Senengonzalezvelezhotmail.com