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Búfalos

Por - 24 de Mayo 2019

Aparte de la invitación que siempre he tratado de hacer acerca de la importancia de comer carne de bovino, no solo por ser la de mejor sabor, sino por su importancia en el desarrollo físico, que solo proporcionan las carnes rojas y específicamente la de vacuno; también he intentado promocionar el consumo de leche de vaca, y de otros derivados lácteos, como elemento importante en el desarrollo nutricional en todas las poblaciones y edades.

Pero además, vale la pena mencionar el crecimiento que muestra el consumo de carne y leche proveniente de búfalos. La calidad y sabor de estos productos ha venido conquistando diferentes mesas en el mercado nacional, y a pesar que aun sea reducido muestra una interesante dinámica.

Por ejemplo el sacrificio de búfalos, con destino a la producción de carne, se incrementó en 6% en el primer trimestre de 2019 alcanzando poco más de 8 mil cabezas. Si bien la cifra puede ser baja respecto a los 830 mil bovinos sacrificados en el primer periodo, la tendencia en el consumo de búfalo es creciente.

Yendo un poco más atrás, si el análisis es comparado con el primer trimestre de 2016, el crecimiento en su sacrificio es de 75 %. Pero efectivamente el sacrificio de búfalos apenas representa el 1 % del de bovinos, lo que no implica que su consumo sea de nicho, al contrario, puede masificarse con los impulsos adecuados bien en la producción como en la demanda.

El caso puede compararse de alguna forma con el de los porcinos. A principios de la década de los 90s el consumo de carne de cerdo en Colombia era cercano a los 3 kilos anuales por persona, hoy supera los 10 kilogramos. Los esfuerzos de sus productores para aumentar la oferta, disminuir los precios y hacer un marketing más efectivo han dado resultado, sin que aun encuentren un techo en su consumo. La misma situación puede plantearse para carne y leche de origen bufalino.

Quienes producen carne y leche de búfalo consideran que su crianza ofrece unas importantes ventajas en longevidad y adaptabilidad de los animales. Pero además su fácil manejo impacta positivamente en la rentabilidad y sostenibilidad. Además sus productos tienen un alto contenido de proteínas, vitaminas y minerales que favorecen la nutrición.

Colombia tiene unas características especiales para la tenencia de búfalos, bien por su posición en el trópico, como por sus condiciones de humedad y acceso agua que permiten mayor eficiencia productiva. De allí que desde los últimos diez años la tasa de crecimiento anual en su crianza supere el 20 %.

Ahora bien, quienes prueban carne o leche de búfalo, o alguno de sus derivados como quesos o embutidos, buscan la repetición en el consumo por las condiciones únicas en su sabor. De allí que en tan solo el último par de años el crecimiento del consumo de carne se haya incrementado en poco más del 19 %.

Hoy la producción de leche de búfala es de unos 190 millones de litros anuales, y la de carne de unas 9 mil toneladas, con un hato cercano a los 800 mil animales; que con las estrategias adecuadas de promoción y marketing, así como de encadenamiento productivo, podrían consolidar un nuevo foco de interés para el consumo interno e internacional. Vale la pena invertirle.