default

El próximo escenario

Por - 05 de Abril 2022

Las sensibilidades a la baja del precio internacional de la leche así como de la tasa de cambio, indican que de nuevo las importaciones se activarán.

Las sensibilidades a la baja del precio internacional de la leche así como de la tasa de cambio, indican que de nuevo las importaciones se activarán.

Hace pocas semanas escribía que, si bien la dinámica mundial de precios de leche y sus derivados había sido alcista con la llegada de la recuperación económica desde mediados de 2021, resultaba inevitable que en algún momento de la historia también se presentaran bajas. Pues en el caso de la leche en polvo entera, y en el último mes, ya son evidentes esas bajas con caídas superiores al 4%.

Pero, además, en el caso colombiano la tasa de cambio ha mostrado en los últimos días una tendencia de apreciación del peso, es decir un dólar más barato, lo que termina impulsando la compra de bienes importados.

Pues bien, el cupo TLC de leche en polvo proveniente desde EEUU –que no había tenido el mismo agotamiento como en 2020 y 2021– ha tomado un nuevo impulso llegando al 92% de utilización, lo que indica que con sensibilidades a la baja del precio internacional de la leche y de la tasa de cambio, de nuevo las importaciones se activarán.

Internamente no podemos olvidar que ni febrero, ni marzo, fueron los meses típicamente secos a los que estamos acostumbrados. Efectivamente, el cambio climático sigue haciendo de las suyas y este año nos entregó un primer trimestre pasado por aguas que sin duda terminará por estimular la productividad lechera, sin desconocer los aun elevados precios de balanceados y fertilizantes.

Al respecto, vale recordar, que, en actividades productivas de doble propósito, en donde se encuentra alrededor del 34% de nuestro hato ganadero, se produce poco más del 50% la leche colombiana, que resulta ser no dependiente de concentrados y balanceados. Allí se nota una mejor dinámica productiva.

Prueba de ello es la baja en el precio de algunos productos que típicamente se dirigen a las grandes centrales de abastos, provenientes del trópico bajo. Por ejemplo, en el queso costeño, si bien su precio no es el de mediados de 2021, mes en el que aún no se sentía con intensidad la crisis inflacionaria, sí es 12% menor a la cotización de diciembre, trimestre en el que el DANE registró una disminución den la producción de leche de 2,1%.

En ese sentido los niveles de oferta poco a poco retomarán su tendencia de mediano plazo, o de prepandemia, lo que influirá para que los precios que se le pagan al productor empiecen a sentir la presión a la baja. Seguramente no sea mañana, ni en un par de meses, pero hay que estar preparados, más si los precios de los insumos serán los más retardados en normalizarse.

Pero además existe la problemática por el lado del consumo que ya no aguanta más alzas de precios y empieza a contraerse. Una baja en lo corrido del año de 2% frente a 2020 e incluso frente a 2021, ya en pandemia, con una baja de 3,2%. Así las cosas, el mercado solo tiene la alternativa de reordenar los precios.

Y si a esto agregamos los instrumentos monetarios para palear la inflación como es la subida en las tasas de interés, y que influirá en el nivel de consumo, los precios tendrán aún más presión a la baja. En el próximo artículo hablemos un poco del próximo escenario para el mercado de la carne.

@ojcubillosp