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Foto: Fedegán FNG

Exportaciones de carne y leche, otra vez la encrucijada

Por José Félix Lafaurie Rivera - 06 de Julio 2015

Una buena noticia para los consumidores, pero no tan buena para los productores, es la reciente previsión sobre la producción y los precios de los productos agropecuarios para la próxima década, que reporta la OCDE y la FAO en el informe Perspectivas Agrícolas 2015-2024.

Advierten estas entidades que el alto rendimiento de los cultivos y la mayor productividad de la tierra, frente a un crecimiento más lento de la demanda mundial, serán los responsables de la disminución gradual de los precios reales de los productos agrícolas durante los próximos diez años.

A esos factores se une la caida del precio del petróleo, cuyo efecto se verá reflejado en un menor costo de la energía y de los fertilizantes, lo cual habilitará un descenso del precio de los alimentos.

Además, la supresión de los incentivos a la producción de biocombustibles obtenidos a partir de cultivos destinados a usos alimentarios, quitará presión a los precios de esos bienes que se disputaban el uso entre alimentos y producción de energía.

Pero el tema no para ahí. El informe proyecta un escenario en el que el comercio agrícola crecerá a menor ritmo que en la década anterior, y revela una creciente concentración de la exportación de productos agrícolas básicos entre unos pocos países exportadores frente a un número cada vez mayor de países importadores. Lo malo es que en esa lista, Colombia estará presente, por lo menos en lo que hace referencia a la importación de leche en polvo.

Estos dos factores serán determinantes para la competitividad de los productos agropecuarios de Colombia. Por una parte, la estructura de comercialización e interelación de los sectores ha demostrado ir contra la competitividad del sector agropecuario, en la medida en que los precios de los combustibles, léase petróleo, no los determina el mercado. Mientral en el mundo baja el precio de la gasolina, en Colombia queda en igual nivel e incluso aumenta, para evitar un colapso fiscal.

Si nos vamos por el lado de los fertilizantes, la estructura de la comercialización hace que los menores precios a nivel internacional de los fertilizantes y derivados del petróleo, no se traduzcan en menores precios para los agricultores. Total, por ese lado, tampoco vamos a ganar.

Y en contraposición, los precios de los bienes finales que aspiramos exportar, carne y leche en el caso del sector pecuario bovino, no crecerá en términos reales. Además, de acuerdo con el mismo Informe, las tendencias señalan que a nivel internacional las exigencias serán mayores.

Otra vez nos encontraremos en un remolino, cuyos factores promotores deben llamar la atención del Gobierno para construir políticas integrales, es decir, que se involucre el precio de los combustibles, la energía, y los temas de productividad y rentabilidad en que se deberá desenvolver el sector pecuario bovino en la próxima década, máxime si prima el interés de exportar. Lo demás solo serán aspiraciones.