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Historia, carne y Semana Santa

Por - 29 de Marzo 2018

La tradición de no comer carne roja en Semana Santa tiene varias razones históricas, que con el tiempo se fueron consolidando para formar las costumbres de abstinencia que se registran en las comunidades cristianas, y especialmente católicas, alrededor del mundo durante la semana mayor.

Una de las principales razones tiene que ver con la importancia de guardar ayuno en la época de cuaresma y de Pascua, con el fin de entender los sufrimientos que padeció Jesús bajo una acción de penitencia. La carne roja, como bien de lujo, se asociaba a eventos de celebración en el antiguo pueblo hebreo, por lo cual los primeros cristianos, que año a año conmemoraban la muerte de Jesús solo se permitían su consumo en el día de resurrección.   Además, el consumo de carnes rojas, estaba muy ligado a rituales paganos que ofrecían sacrificios a diferentes deidades, romanas y egipcias, antes que el cristianismo tuviera el avance geográfico y cultural propuesto por el primer emperador cristiano en el siglo IV: Constantino el Grande.   Algunas tradiciones antiguas del Imperio Romano, ya convertido al cristianismo, también consideraron que comer carne roja era irrespetar el Cuerpo de Cristo, por lo cual optaron por abstenerse de su consumo.   La tradición en Colombia es la de comer más pescado en Semana Santa. De hecho, es la época en la que más se consume este tipo de carne, en un país que a pesar de su riqueza hídrica apenas lo hace en 7 kilos por persona al año.   En el caso de la carne de bovino, durante el mes que se registra esta semana de reflexión, el sacrificio de animales registra una caída entre el once y quince por ciento, respecto a los demás meses del año. Sin duda un indicador de vivencia de las antiguas costumbres.   A pesar que hoy día existe un menor vinculo de las nuevas generaciones, millennials y centennnials, con las tradiciones religiosas, aún hay una fuerte costumbre de las anteriores sobre el consumo de carnes rojas como acción penitente según las enseñanzas de la Iglesia Católica. Por lo menos es el caso en Colombia (18 kilos/persona/año). Esto, para no hablar de los veganos.   Sin embargo, al revisar lo que pasa en países con cultura católica, pero con una gran tradición en el consumo de carne vacuna como son Argentina (57 kilos/persona/año) y Uruguay (59 kilos/persona/año), el principal argumento que se va a encontrar para estos días es que comer carne no es pecado.   Efectivamente, a mi modo de ver y entender la cultura religiosa, consumir carne roja en viernes o sábado santo no es pecado, y nadie irá al infierno por hacerlo. La acción penitente es algo muy íntimo y personal. Sin duda si usted es una mala persona y deja de consumir carne para estos días, no tendrá un cupo asegurado en el cielo.   Mejor sea una buena persona, que sus sacrificios tengan más un sentido de ayuda y solidaridad para con los demás, en lugar de abstenerse de comer algo que la misma naturaleza nos ofrece.