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Juan Lozano ¿arúspice o promotor?

Por CONtexto ganadero - 03 de Diciembre 2015

El acercamiento de Cambio Radical y el Uribismo se hace más notorio cada día. Hay hechos dicientes como la llegada del expresidente Uribe a la Comisión Primera del Senado para desarmar la celada que le tendían al vicepresidente, en contravía de su propia bancada.

El acercamiento de Cambio Radical y el Uribismo se hace más notorio cada día. Hay hechos dicientes como la llegada del expresidente Uribe a la Comisión Primera del Senado para desarmar la celada que le tendían al vicepresidente, en contravía de su propia bancada.    También, las coincidencias en las pasadas elecciones cuando varios candidatos de Cambio Radical contaron con el respaldo del Centro Democrático.   Al mismo tiempo, aumenta la tensión entre Vargas Lleras y la U. Voceros del Partido del presidente de la República se sienten desconsiderados porque, a pesar de haber demostrado mayoría en sus regiones, la mejor tajada ha sido para Vargas. Por eso, Name levanta la voz con frecuencia. Y otros hablan de ajustes en las directivas de esa colectividad.   El Partido Liberal, por su parte, anunció que tendrá candidato propio a la Presidencia, escogido en consulta popular. El ministro Cristo, con la camiseta roja al aire, se ha sumado al expresidente Gaviria y al senador Serpa, quienes no ocultan su inquina contra Vargas. Saben que así no haya existido el roce Santos-Vargas Lleras, no deja de tener fundamento, pues, mientras el presidente se la juega en todos los escenarios por la paz, el silencio de Vargas sorprende e inquieta.   En esas realidades políticas tan complejas, Germán se ha ganado un valioso aliado: Juan Lozano. La pluma perspicaz de Juan, pícara e inteligente, con el alegre aroma de El Jardín de Cándido, señala a Vargas como el único ejecutor del Gobierno.   Lozano, crítico duro pero gallardo, recientemente hundió su estilete en Mauricio Cárdenas y la “tecnocracia veleidosa” del Ministerio de Hacienda. Trató con acerbía a un posible competidor porque “pretendía” frenar a la imparable locomotora de la infraestructura. Y sigue repicando sobre “el factor Vargas Lleras”.   No es extraño, entonces, que el jefe del Centro Democrático le advirtiera a Oscar Iván Zuluaga que en la contienda por el banderín presidencial “habría otras personas con quien tengamos afinidades”.   Cuando apenas se abren las puertas a la definición del poder para 2018/22, todas las flechas se lanzan contra el vicepresidente. El primero que se terció el carcaj fue Petro, quien asaeteo el programa de vivienda gratuita para los pobres de Bogotá. Mientras otros tensan el arco, Germán construye las calzadas hacia el solio presidencial. Trabaja duro, conoce el área y utiliza con eficacia el abrumador poder que tiene entre las manos. Sabe que no está en juego la lealtad a quien lo señaló como sucesor. No se trata del presente. Se trata del futuro.