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La más importante

Por - 06 de Marzo 2019

Propuesta de MinTrabajo de flexibilizar el sistema de contratación y permitir el trabajo por horas es fundamental para la estructura productiva.

La más importante de las reformas que ha planteado el gobierno de Iván Duque no es la que más interés ha recibido. Se trata de la propuesta del Ministerio del Trabajo para flexibilizar el sistema de contratación y permitir el trabajo por horas. Nuestro régimen laboral es obsoleto. En este país de inestabilidad absoluta de normas, el Código Substantivo del Trabajo es de 1950. A pesar de las reformas a las que ha sido sometido, nadie puede sostener que el mundo laboral no ha sufrido profundas modificaciones en cerca de 70 años.

Mucha agua ha corrido debajo del puente para que sigamos manteniendo el mismo enfoque del mercado laboral. Es, en buena parte, la obsolescencia del régimen del trabajo lo que explica los elevados niveles de desempleo e informalidad.

Tal vez lo más importante de la propuesta del Ministerio es el enfoque de pensar en los excluidos del mundo laboral. La política en la materia ha estado siempre orientada a proteger a quienes tienen contrato laboral y están en el marco de la ley. Pero el 48 % de la población económicamente activa de Colombia está por fuera de esas condiciones ideales. Desempleados e informales nunca han recibido la atención de los sindicatos, que solo defienden a los que tienen trabajo, sobre todo si son empleados públicos. Informales y desempleados no están organizados, no son un lobby político y a nadie le interesa realmente su suerte.

El proyecto del Gobierno permitiría que muchos de ellos entraran gradualmente en el régimen de protección social. La flexibilización de la contratación abriría la puerta para que pudiesen acceder a ciertos beneficios de salud y pensiones que solo tienen los que gozan del contrato laboral formal. En ese sentido, la iniciativa tiene un profundo sentido social y equitativo.

Pero la contratación por horas, flexible y moderna, es un elemento importante de la competitividad en el mundo de la nueva economía. Los sindicatos se resisten a entender que la tecnología ha modificado el mundo de trabajo. Hoy, no se necesita oficina; se trabaja a cualquier hora y desde cualquier lugar del mundo. Las formas de pago son diversas y tienen relación con la naturaleza altamente especializada de los servicios que se prestan. Los nuevos negocios como Uber, y tantas nuevas aplicaciones que entran diariamente en nuestras vidas, tienen detrás de ellas esquemas laborales que poco se parecen a los tradicionales y que requieren, por lo tanto, contratos laborales flexibles.

Muchos temen, con razón, que los nuevos esquemas de contratación se presten para abusos. La experiencia confirma que empleadores utilizan cualquier oportunidad para privar a los trabajadores de su justa remuneración. Pero este válido temor no puede frenar el buen espíritu de reforma que requiere el mundo laboral. Hay que ponerle dientes efectivos para evitar los abusos.

Esta reforma es fundamental para actualizar la estructura productiva del país y adecuar su frágil competitividad. Muchos sectores tradicionales de la izquierda y de la vieja Colombia se van a oponer. La ministra Alicia Arango tiene una dura tarea para impulsar esta idea, necesaria y urgente. Ojalá no la dejen colgada los amigos de la coalición de gobierno, que han mostrado tan poco entusiasmo por los temas centrales de la agenda presidencial.

Miguel Gómez Martínez

Asesor económico y empresarial

[email protected]

Portafolio. Marzo 5 de 2019