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La migración de venezolanos

Por Luis Alonso Colmenares Rodríguez - 19 de Febrero 2021

Los venezolanos son nuestros hermanos, nada nos diferencia con ellos, nada. Hagamos el esfuerzo que sea necesario.

Hoy Venezuela tiene los peores indicadores en materia económica, y es el mejor ejemplo para una teoría de la autodestrucción, o la forma como un sistema de gobierno destruye un país próspero; llegado a tal punto que varias organizaciones de derechos humanos dicen que tres de cada cuatro venezolanos han adelgazado de forma involuntaria: por pura y física hambre.

En la desesperación que produce el hambre se han ido en desbandada de esa nación, como el éxodo de la biblia, sobre todo hacia los países limítrofes y especialmente a Colombia, nuestra frontera más larga.

El éxodo venezolano tiene tres caracterizaciones bien identificadas: primero salieron los ricos; los empresarios se fueron con su plata a otra parte y fueron bien recibidos a donde llegaron a invertir. Después se fueron los cerebros, es decir, los profesionales con alta formación académica que ocupaban cargos de dirección en las empresas venezolanas, y también fueron bien recibidos a donde llegaron. Y atrás, de último como siempre, siguieron los miserables, los pobres de todo y que es la mayor población, los que solo tienen la vida como patrimonio y como derecho.

Dice Migración Colombia que a nuestro país han llegado más de 1 millón 800 mil venezolanos de esa diáspora. Son desplazados, así como ocurre aquí adentro con nuestros nacionales que la violencia los lleva de un lado a otro.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define a un migrante como cualquier persona que se desplaza, o se ha desplazado, a través de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia, independientemente de las causas del desplazamiento o duración de su estancia.

A los venezolanos que están en medio de nosotros el gobierno les ha otorgado asilo por 10 años, mediante la expedición del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos que, como una hoja de ruta llevará a cabo la regularización migratoria sin incluir ciudadanía ni nacionalización, ni mucho menos participar en procesos electorales. Su objetivo es que al final del plazo ya haya una situación migratoria regularizada.

Esa decisión del gobierno nacional fue reconocida por líderes de todo el mundo, organismos internacionales, y por tirios y troyanos acá internamente en razón al gesto humanitario que contiene.

Pero no es la primera vez que el gobierno toma una decisión para favorecer a los venezolanos, porque ya en 2017 había creado el Permiso Especial de Permanencia, en 2018 creó el Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos, y en 2019 le otorgó nacionalidad a más de 28 mil niños nacidos en Colombia de padres venezolanos.

El Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos es la decisión de mayor trascendencia, y se llevará a cabo en dos fases; primero será el Registro Único de Migrantes Venezolanos con el fin de identificarlos; y como consecuencia de la identificación les expedirá el Permiso por Protección Temporal para que tengan acceso a la oferta de bienes y servicios sociales del Estado en salud, educación, subsidios como el Sisben, ingreso al sistema financiero y empleo, entre otros.

Para Colombia no es fácil asumir tamaña responsabilidad y habrá que sacar la mochila para que los países ricos contribuyan a semejante carga; porque no podemos ocultar nuestros propios problemas con los nacionales colombianos que también pasan hambre y también son desplazados, pero los recursos necesarios son escasos.

Varios analistas de la economía coinciden en afirmar que la decisión del gobierno es la correcta. A partir de la evidencia empírica tomada de varios países desarrollados como Estados Unidos, Canadá y Australia, incluso el caso de Argentina para estar más cerca, donde la población de migrantes ha sido determinante, y al final de los días les ha traído más beneficios que costos, en la medida en que a los que llegaron se les permitió integrarse al país que los acogió, sin precauciones xenófobas o discriminación de cualquier naturaleza, vinculándose de manera formal al sistema productivo.

Entonces, hagamos el esfuerzo que sea necesario. Los venezolanos son nuestros hermanos, nada nos diferencia con ellos, nada.

Abramos el espacio para acogerlos con fraternidad y devolverles lo que nos brindaron cuando también estuvimos en Venezuela por cualquier circunstancia. Y que las autoridades se encarguen con rigor de los que no sepan comportarse.

@LcolmenaresR