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La trampa como argumento del tramposo

Por Carlos Alonso Lucio - 19 de Mayo 2025


“Ladrón juzga por su condición”. Dicho muy popular y muy antiguo que se le ajusta a Gustavo Petro “como anillo al dedo”. No sólo a Gustavo Petro… hay que ser justos. Dicho que se le ajusta a todo el gobierno y a todo el Pacto Histórico. Es que mienten sin que se les mueva un párpado. Como enajenados llegaron a convencerse de que la carreta y el poder lo justifican todo. Digo que la carreta porque eso ni ideología es.

Los vimos perder la votación de la tal consulta popular, en directo, por televisión, con las cámaras metidas hasta en los más ínfimos detalles. Con todo y eso salieron a decir que perdieron porque les hicieron trampa.

Dizque les cambiaron el voto de un sí por un no, dizque les cerraron la votación antes de tiempo, dizque no esperaron a unos senadores que ya iban a entrar a votar. Casi que llegan a exigir que el país entero tenía la obligación de esperar a que una senadora terminara de acicalarse en quien sabe qué salón de belleza.

Salieron a hablar de trampa en la derrota, como si los colombianos no hubiéramos sido testigos de que la única trampa que vimos fue la que intentó Benedetti cuando tiró a arrebatarle los papeles al secretario de Senado. El intento de un zarpazo en pleno escrutinio. Un zarpazo de amedrentamiento, un zarpazo de trampa.

No obstante que el escrutinio fue claro y delante de todos, y que la alharaca del fraude no va pa´ninguna parte, sí vale la pena recogerles el guante y ayudar a descubrir las trampas que rondan al Congreso. Porque sí es cierto: en el Congreso hay trampas que tenemos que desbaratar.

Ya, por ejemplo, la Corte Suprema de Justicia está avanzando sobre una. Por eso acaba de dictarles órdenes de captura a un expresidente del Senado y a un expresidente de la Cámara, porque el gobierno Petro hizo la trampa de sobornarlos. Por ese mismo camino están investigando a otra cantidad de congresistas y ministros y funcionarios de Petro que se pusieron a hacer la trampa de robarse unos dineros públicos con la trampa que se inventaron de que necesitaban comprar unos carrotanques para llevarle agua a unas poblaciones sedientas de la Guajira, a quienes también terminaron trampeándoles el agua.

También están investigando que se pusieron a hacer la trampa de repartir platas para terminar haciendo elegir tramposamente a un magistrado de la Corte Constitucional.

Así mismo se sabe que a su ministro de Hacienda más cercano le tocó renunciar a las carreras porque lo pillaron haciendo trampas con unos congresistas para tramitar tramposamente unos empréstitos internacionales. Por eso también hay una cantidad de funcionarios y congresistas investigados.

Y podríamos seguir y seguir haciendo el inventario de las trampas que el gobierno de Petro ha urdido al interior del Congreso. Pero correríamos el riesgo de no acabar.

Sólo que hay una trampa que no podemos dejar pasar. Una trampa, la más grande de todas, que tiene entrampado al país. Una trampa que tiene entrampada la democracia: la trampa de la Comisión de Acusación.

La trampa que todo el mundo sabe y conoce. La trampa que ha impedido que Gustavo Petro sea juzgado por las violaciones a la Constitución y la Ley.

Todo el país sabe que la Comisión de Acusación ha debido actuar desde hace mucho tiempo y no lo ha hecho. Todo el país sabe que la única explicación posible está en la trampa de la corrupción con que este gobierno ha decidido sobornar congresistas al menudeo. Todo el país sabe que la trampa mayor del gobierno ha sido convertir a la Cámara de Representantes en algo tan parecido a una cloaca.

Por eso, cuando Petro y Benedetti hablan de trampas, no podemos dejar de pararles bolas.