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Llorar sobre la leche derramada no es una opción

Por Oscar Cubillos Pedraza - 16 de Enero 2019

A pesar del título de este artículo, no escribiré sobre leche, todo lo contario me referiré al mercado de la carne. Y es que justamente este sector, a nivel mundial, registró un interesante comportamiento en 2018 que lo muestran como uno de los más atractivos de las diferentes ramas agropecuarias.

Lo estratégico para Colombia resulta ser el potencial que tiene para producir carne, y que más allá de la pérdida del estatus sanitario de país libre de aftosa, Colombia deberá dejar atrás tal situación y recomponerse para aprovechar un mercado mundial del que se está perdiendo.   Un buen ejemplo de quienes sí están aprovechando este mercado es el de nuestro vecino Brasil, que terminó 2018 con exportaciones de carne que superaron los 1,6 millones de toneladas y un crecimiento de 12% respecto a 2017. En otras palabras, solo estas expo equivalieron al doble de toda la producción nuestra, consolidándolo como el más grande exportador de carne bovina del mundo.   No resulta ser coincidencia que los destinos a los cuales está llegando la carne brasilera son en muchos casos los mismos que veníamos aprovechando, o a los que se pretendía llegar en una siguiente fase, antes de nuestras problemáticas sanitarias.   Hong Kong, China, Rusia, Unión Europea, Medio Oriente y Norte de África. ¿Por qué allí? Diferentes razones pueden explicarlo, desde el mejoramiento en el nivel de su ingreso, déficit en la producción para abastecer sus propios mercados o por cambio de hábitos en la demanda de proteína animal, como es el caso de China que ha dejado de centrarse en el consumo exclusivo de porcino.   Pero merece especial interés el mercado Ruso, de más de 143 millones de habitantes y principal destino nuestro, el cual deberemos recuperar prontamente. Brasil le saca el jugo, pero además Paraguay lo tuvo como principal destino en 2018, facturándole poco más de USD460 millones. El mensaje es entonces, si nosotros no lo hacemos otro lo aprovechará.   Colombia tiene como meta de exportación para 2022 llegar a los USD500 millones, existiendo hoy la garantía de una demanda mundial consolidada y creciente. Quienes han estado atentos a fortalecer sus sectores ganaderos y cárnicos, especialmente los países de Suramérica, le están aprovechando al máximo. Nosotros debemos recuperar el terreno perdido en los últimos tres años y no llorar sobre la leche derramada.   El tema entonces pasa por garantizar nuestra oferta para exportación sin desajustar el mercado interno, y además que dicha producción cumpla los estándares de calidad exigidos. Aparecerá entonces el checking list que se debe sortear: reestructuración del Decreto 1500, revacunación adicional en zonas de frontera con Venezuela, desarrollo en masa de sistemas ganaderos más amigables con el medio ambiente, ampliación de las inversiones en infraestructura frigorífica, en fin, una serie de elementos necesarios y útiles para que hagamos lo que otros países del vecindario hacen bien sin que ni siquiera tengan vocación ganadera.   Colombia está llamada a aprovechar su historia y vocación pecuaria, pues si lo hacemos bien las ventas a lo lejos superarán los USD500 millones propuestos.