El disenso hace parte de las prácticas civiles de cualquier Estado que haya adoptado principios liberales. Estar en desacuerdo es legítimo y permite la construcción de salidas a las dificultades que se puedan presentar en la sociedad.
Como no estamos en los tiempos oscuros de 2010 a 2018, en donde por disentir fuimos tratados de “vacas muertas”, “enemigos de la paz” y otro tipo de calificativos; sino que estamos en un gobierno demócrata que respeta la protesta pacífica, la movilización del sector productor lechero frente a las excesivas importaciones de leche en polvo desde EEUU resultaba totalmente legítimo.
Lo mejor de todo es que el sector ganadero de nuevo demuestra que se pueden tener posturas de desacuerdo y manifestarlas en paz. Claro, algunas personas consideraban, infundadamente, que podía terminar en actos violentos, y de hecho se frotaban las manos para que fuera así. Pues no, el sector ganadero siempre será respetuoso de las instituciones.
Bien por FEDEGAN que tomó tal postura de disentimiento ante la amenaza cada vez más visible de entrada de leche en polvo desde EEUU, y que en 1457 días ya tendrá desgravación total y no un cupo anual, sino un infinito. De hecho, tal posición del gremio no es nueva, sino que ha sido advertida desde los mismos tiempos de negociación de los diferentes TLC y que puede ser corroborada en el libro “Desde el cuarto de al lado”.
Pero la movilización del 3 de enero no solo se enfocó per se en la importación de leche en polvo desde EEUU, sino también en manifestar el desacuerdo ante la no activación de la salvaguardia que solicitó FEDEGAN frente a tales importaciones.
Resulta incomprensible que a pesar de la evidencia técnica y que el mismo Ministerio de Comercio encontró daño grave en el sector productivo por estas importaciones no se adoptara tal instrumento ¿Entonces para qué en el texto del Acuerdo Comercial se dejó tal herramienta? Efectivamente, para nada.
La naturaleza, la razón de ser de los gremios requiere esa interacción, la de tomar posturas firmes y legítimas. Ahora bien, el mensaje contenido en la movilización del 3 de enero le indica al Gobierno Nacional que algo se debe hacer frente a la amenaza inminente a 320 mil pequeños y medianos productores de leche.
Un qué hacer importante era la salvaguardia, pero… ya sabemos cómo se manejó el tema. De allí la importancia entonces de avanzar en acciones de mercado, en otras palabras: incrementar las exportaciones de carne y leche al mismo EEUU. Sin embargo, tal acción requiere la diligencia del Gobierno Nacional para avanzar en temas de admisibilidad y además de accionar toda la estructura organizacional que obliga a una diplomacia sanitaria efectiva.
Si solo se deja pasar el tiempo, seguramente vendrán aún más situaciones de inconformismo, de movilización y de protesta.
Importante, además, para hacer eficientes esas acciones de mercado, incrementar la frontera tecnológica, la asistencia técnica y la transferencia de conocimiento, con el fin de poder desligarnos de manera importante de ser tomadores de precios de materias primas importadas, cada vez más costosas.
@ojcubillosp