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Entre partos de vacas y brazos que esperan: la historia de una madre del campo

Neife Castro 13 de Mayo 2025
Madre del campo, madre de vidaFoto: CortesíaInspirada por sus padres campesinos, Yennis se graduó como médica veterinaria zootecnista. Ahora como madre, se empeña por inculcar ese mismo amor al campo a sus hijos.

En este mes de mayo, celebramos a Yennis Martínez, una mujer que ha vivido y criado desde el corazón de la tierra. Su historia es la de miles de productoras rurales que, con valentía y amor, sostienen la vida de sus familias y del agro colombiano.


Veterinaria zootecnista de 44 años, madre de dos hijos y sembradora de futuro desde la tierra que la vio crecer. Así es Yennis Martínez, quien representa la fuerza silenciosa de miles de mujeres campesinas que, además de producir alimento, cultivan valores, amor y esperanza.

Ella nació entre cantos de gallos, mugidos de vacas y mañanas frías en la finca familiar. Hija de un campesino que le enseñó a amar la tierra, siguió su vocación y se convirtió en médica veterinaria zootecnista, especializándose en reproducción bovina. Desde entonces, no ha dejado de andar potreros ni de atender partos, inseminaciones y evaluaciones de ganado.

En la actualidad, es madre de dos hijos, Isabela e Ilay, confiesa que vivió ambos embarazos acompañada del sonido del ordeño y el canto de los pájaros. “Mis hijos fueron gestados escuchando el campo”, dice con ternura. Para ella, criar en el entorno rural es un privilegio que les ha dejado valores profundos y un amor genuino por la naturaleza.

Aunque el mayor desafío ha sido el tiempo, pues la labor en campo exige ausencias prolongadas, nunca ha dejado de ser madre presente, aun desde la distancia. “Muchas veces me iba por meses, sobre todo cuando mi hija era pequeña, y eso duele. Pero aprendí a darles calidad, no solo cantidad”, relata. (Lea en CONtexto ganadero: Con botas, amor y tesón, las madres ganaderas forjan un legado para el campo)

Yennis Martínez, veterinaria zootecnista de 44 años, madre de dos hijos y sembradora de futuro desde la tierra que la vio crecer.


El valor de criar


Desde el silencio de los amaneceres rurales, Yennis ha aprendido las lecciones más profundas de la vida. Ver nacer un ternero, sembrar con sus manos, compartir con trabajadores rurales que sonríen pese a las carencias, le ha enseñado a valorar la humildad, el esfuerzo y la gratitud.

No hay escuela más pura que la naturaleza. Enseña paciencia, conexión y respeto”, asegura. Esos aprendizajes, los ha compartido con sus hijos, quienes han crecido sabiendo que el campo no solo da comida, también forma el alma.

Durante la pandemia, vivió una anécdota inolvidable: junto a su hija Isabela, asistió a una cesárea en una finca, de noche, en total soledad. “Ella era mi asistente, estábamos solo nosotras y una vaca que iba a parir. Le pusimos al ternero Covid Javier. El mundo se detuvo, pero el campo siguió. Fue un momento mágico”.

Para ella, criar en el entorno rural es un privilegio.


Mensaje que florece


Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), con corte al 2021, más de 5,8 millones de mujeres viven en zonas rurales de Colombia. Y aunque solo el 30,5 % tiene acceso a tierras y apenas el 16 % participa en la producción agropecuaria formal, su papel es determinante.

De hecho, datos del Ministerio de Agricultura indican que 1 de cada 5 hogares rurales está liderado por una mujer, lo que demuestra su importancia en el sostenimiento del campo. Sin embargo, persisten retos relacionados con el acceso a servicios, financiación y reconocimiento de su trabajo en igualdad de condiciones.

En medio de esta situación de inequidad, Yennis se considera una voz entre muchas otras mujeres del agro. Dice que no habla solo por ella, sino por todas esas madres que madrugan, cuidan, trabajan la tierra y siembran legados invisibles pero vitales.

A todas ellas les envía un mensaje claro: “No desistan. Lo que hacen vale la pena. El campo es vida, es paz, y necesitamos que nuestras juventudes regresen a él. No dejemos morir nuestras tradiciones”. (Lea en CONtexto ganadero: Floricultores esperan aumentar las exportaciones por el Día de la Madre)

A pesar de las barreras, el liderazgo femenino en el agro está germinando con más fuerza. Historias como la suya nos recuerdan que sin las madres del campo, no habría alimento ni futuro posible.

Ver reverdecer un potrero tras una sequía o recibir una nueva cría le recuerda que la vida siempre se abre paso. Y así como la lluvia vuelve y la tierra florece, la esperanza también renace con cada madre que, como ella, siembra el futuro con amor.

En medio de esta situación de inequidad, Yennis se considera una voz entre muchas otras mujeres del agro.


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