Con más de 20 años de trabajo continuo, Hacienda La Luisa es hoy un referente nacional e internacional de ganadería sostenible, gracias a su enfoque ambiental, productivo y social. Su modelo combina genética avanzada, conservación ambiental y bienestar animal con resultados comprobados.
La finca, propiedad del presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie, fue una de las paradas oficiales de la XIX Gira Técnica Nacional Ganadera, por ser ejemplo de cómo es posible combinar eficiencia productiva, restauración ambiental y bienestar animal en una de las zonas más desafiantes del país.
Hablar de Hacienda La Luisa es hablar de transformación. Así lo explicó Leonardo Manzano, administrador de la finca, quien enfatiza que el proyecto ganadero nació en un entorno altamente degradado.
“La línea base de esta finca es un desierto. En 1991 se sembraba algodón con un paquete tecnológico de la Revolución Verde, en donde el uso de agroquímicos, insecticidas, herbicidas y la sobremecanización del suelo hicieron una desnaturalización del mismo. Luego vino una ganadería extensiva que empeoró el panorama”, señaló.
A partir del año 2000, bajo un enfoque técnico, científico y ambiental, comenzó una profunda reconversión del paisaje. La clave fue la implementación de sistemas silvopastoriles (SSP) en diferentes arreglos. Esto incluyó SSP intensivos con especies maderables y nativas, árboles dispersos, bancos mixtos de forraje y cercas vivas.
“Decidimos restaurar primero el paisaje ganadero. Segregamos el 13,6 % del área total como zonas de conservación que interactúan directamente con las áreas de pastoreo”, explicó Manzano. (Lea en CONtexto ganadero: El camino que hizo de Hacienda La Luisa una vitrina mundial de innovación ganadera)
Hoy, en sus 356,2 hectáreas, La Luisa alberga 80 hectáreas de silvopastoreo intensivo con maderables, otras 80 con árboles nativos, 135 con árboles dispersos y 12,5 de infraestructura. Esto permitió pasar de una capacidad de carga de 0,6 a 3 UGG (Unidades Ganaderas Grandes) por hectárea/año, tanto en época seca como lluviosa.
Imágenes de lo que, en un pasado, fue Hacienda La Luisa, en 1991 era una zona agreste, en la que se sembraba algodón. Foto: Cortesía.
Producción eficiente
El modelo productivo de La Luisa se basa en pastos y forrajes de alta calidad. Sobre esta base, se estructuró un programa con ganado Nelore de ciclo corto, que ha arrojado resultados sobresalientes.
“Tenemos animales que se preñan entre los 12 y 16 meses, con un intervalo entre partos de 412 días y una tasa de natalidad del 82,4 %. El peso al destete a los 7 meses es de 188 kg y la ganancia diaria posdestete de 622 gramos por día”, detalló Manzano.
Además, se ha logrado una importante reducción en el impacto ambiental. Según un estudio de la Fundación CIPAV realizado en 2022, mientras 3 UGG emiten 5,89 toneladas de CO₂ equivalente por hectárea/año, el sistema silvopastoril de La Luisa capta hasta 12,28 toneladas por hectárea/año, es decir, más del doble de lo que emite.
Este éxito se complementa con un plan genético de alto nivel: “Estamos aliados con la CIA de Mejoramiento de Brasil y su equipo PRO, que utiliza inteligencia artificial y genómica con una confiabilidad superior al 80 %”, señaló Leonardo Manzano. Desde 2020, el programa ha permitido garantizar que los nuevos animales sean superiores a sus progenitores.
Hablar de Hacienda La Luisa es hablar de transformación, como explicó Leonardo Manzano, administrador de la finca. Tras restaurar el paisaje, así se ve en la actualidad. Foto: Cortesía
Restauración del suelo
El manejo del pasto en la finca se hace mediante pastoreo rotacional, con periodos de ocupación de 1 a 3 días y recuperación de 30 a 60 días, dependiendo de la temporada. Este sistema reduce drásticamente la presencia de garrapatas y moscas, gracias al control biológico natural.
“Las bostas quedan agrupadas y eso favorece a los cucarrones estercoleros, que se encargan de enterrar el estiércol y fertilizar el suelo”, explicó Manzano.
Otro de los grandes logros es la recuperación de la materia orgánica del suelo. En apenas cinco años, se pasó de un 0,1 % a un 2,6 %, y actualmente se encuentra en 2,89 %. Esto mejora la retención de agua y el aprovechamiento de las escasas lluvias en este ecosistema seco.
“Yo le he ganado 40 días al verano. Los árboles reducen la velocidad del viento y ayudan a conservar la humedad”, añadió. (Lea en CONtexto ganadero: Hacienda La Luisa, ejemplo mundial de sostenibilidad que usted podrá recorrer en la Gira Técnica Nacional)
Por último, el efecto en bienestar animal es evidente: “Con estaciones meteorológicas hemos medido que hay hasta 14 grados menos en las praderas con sistemas silvopastoriles frente a una pradera tradicional. Eso permite que el ganado paste todo el día y exprese mejor su potencial productivo”, concluyó.
Hacienda La Luisa no solo demuestra que es posible hacer ganadería sostenible en condiciones adversas, sino que su experiencia se ha convertido en modelo replicable a nivel global. La empresa ha dejado un mensaje claro al sector: sí se puede producir más, cuidando el ambiente y generando bienestar.