Policía capturó al jefe financiero del ELN en Catatumbo
PorJosé D. Pacheco Martínez-24 de Abril 2025
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Por - 01 de Marzo 2023
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), viene desarrollando una metodología para el cálculo de los daños y las pérdidas en el sector agropecuario, convirtiendo a Colombia en pionera en su desarrollo como sistema.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), viene desarrollando una metodología para el cálculo de los daños y las pérdidas en el sector agropecuario, convirtiendo a Colombia en pionera en su desarrollo como sistema.
La nueva metodología se enmarca en la identificación de procesos, actores y fuentes de información, así como la definición de estándares de trazabilidad en la gestión de datos asociados a eventos que pueden afectar la integridad y productividad presente o futura de especies agrícolas, pecuarias, acuícolas, forestales, agroinsumos, maquinaria e infraestructura, explicó FAO Colombia.
Esta metodología ha sido ajustada para Colombia con base en la denominada “Metodología Corporativa” de Evaluación de Daños y Pérdidas generada por FAO desde Roma. En el caso de Colombia, se ha integrado a los lineamientos que plantea el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural en el marco de la Estrategia 360 de gestión Integral de Riesgos. (Lea: FAO: Daños y pérdidas causados por desastres)
El sistema de Evaluación de Daños y Pérdidas inicialmente está planteado como de diagnóstico, posterior a la ocurrencia de eventos. Aunque como se indicó anteriormente, en la medida en que se genere poblamiento de datos asociados a variabilidad climática, este Sistema permite interactuar con otros procesos nacionales, como el SIGRA (Sistema de Información en Riesgos Agropecuarios) que estará a cargo de UPRA, así como los sistemas de alertas tempranas para cada subsector, en vía del fortalecimiento de la cultura en la gestión integral de riesgos agropecuarios.
Los daños y pérdidas son evaluados a través de la identificación de los fenómenos amenazantes (como componentes propios de los riesgos climáticos, biológicos, financieros y de mercado así como antrópicos) y los elementos susceptibles de impacto (especies agrícolas, pecuarias, acuícolas, forestales, agroinsumos, maquinaria e infraestructura).
En esta relación, se realiza el levantamiento de información en diferentes escalas, local, regional y nacional mediante la Herramienta de Evaluación de Daños y Pérdidas que incluye las ecuaciones en donde se tipifican los anteriores componentes y se relacionan con los costos asociados a daños y pérdidas. Se genera un valor por módulo: Agrícola, Pecuario, Acuícola, Forestal y Pesquero. (Lea: 5 datos que usted no sabía sobre pérdidas por fenómeno de El Niño)
Dado que el método permite trazabilidad, se espera poder informar tanto por componente, como por el daño o pérdida. Tendrá esta información la expresión en un desarrollo de innovación tecnológica que puede tener salidas a través de un sitio web o aplicación, con el fin que tomadores de decisión puedan tener información relevante para la planificación de acciones prioritarias.
Las variables particulares identifican la cuantificación y geolocalización de los cultivos, número de especímenes, enfermedades asociadas, costos de producción, daños porcentuales de los cultivos, agroinsumos afectados, maquinaria e infraestructura. Se tiene en cuenta el enfoque multiamenaza, por lo cual se identifican las distintas tipologías de amenaza por fuente.
La información generada en la Evaluación de Daños y Pérdidas hace parte de un repositorio que permitirá utilizar la información en las rutas de sistemas no solo diagnósticas, sino que se va alimentando el sistema para que permita ser predictiva en la identificación de patrones asociados por territorio. En la medida en que más datos se generen, el sistema permitirá disminuir la incertidumbre. (Lea: “Desperdicio mundial de comida genera un fuerte impacto ambiental”: FAO)
No obstante, si bien el sistema es una herramienta de gobernanza, interacción de fuentes y actores, flujo de datos e información, los productores y municipios deben establecer procesos de cultura de gestión del riesgo asociado al sector agropecuario. Solo en esta ruta, la resiliencia ente los posibles eventos amenazantes podrá ser mejor e ir en aumento.
Se gesta actualmente la estrategia de fortalecimiento de capacidades, que hace parte constitutiva de la implementación del sistema. Sin transformación de hábitos y procesos culturales asociados a la gestión integral (identificando las distintas multiamenaza) en el sector agropecuario, no será posible evidenciar a corto y mediano plazo el impacto positivo esperado.
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