Mientras buena parte del país suspende actividades y celebra las fiestas de fin de año, en el campo colombiano el trabajo no se detiene. La ganadería sigue activa los 365 días del año para garantizar el alimento que llega a los hogares.
Diciembre es sinónimo de celebraciones, encuentros familiares y balance de fin de año para muchos colombianos. Sin embargo, lejos de las luces y la música, en el campo la rutina no cambia.
Para los ganaderos, esta época representa más trabajo y el mismo nivel de responsabilidad, porque los animales requieren atención permanente. (Lea en CONtexto ganadero: ¿No sabe qué dar en Navidad? Regale formación en ganadería sostenible y apadrine el futuro del campo)
La ganadería es una actividad que no admite pausas. Cada día implica labores que deben cumplirse con disciplina, sin importar si es domingo, festivo o una fecha especial. De este esfuerzo silencioso depende buena parte de la seguridad alimentaria del país.
Trabajo sin descanso
Jhan Carlos Cárdenas, pequeño productor del departamento del Cesar, explica que el compromiso del ganadero va más allá del calendario. Su día a día está marcado por múltiples tareas que no pueden postergarse, incluso en diciembre.
“Hoy y siempre estamos en función de llevar comida a los hogares de Colombia y el mundo”, señaló. (Lea en CONtexto ganadero: Qué cuidados debe tener en cuenta el ganadero durante las fiestas decembrinas).
Estas labores, que se repiten todos los días del año, reflejan una realidad que pocas veces es visible para quienes viven en las ciudades. En tanto que muchos disfrutan de las festividades, en las fincas se mantiene una rutina exigente, indispensable para que la producción no se detenga.
“El ordeño de las vacas, la rotación de potreros, el abastecimiento de agua en los diferentes potreros, la limpieza de zonas de ordeño, el procesamiento de la leche, en fin, son muchas actividades que no paran”, aseguró Cárdenas.
Compromiso con el alimento
El trabajo ganadero no solo implica esfuerzo físico, sino también una alta responsabilidad. El bienestar de los animales y la calidad de los productos dependen de una atención constante, especialmente en épocas de calor, lluvias o cambios climáticos frecuentes a finales de año.
Para productores como Cárdenas, diciembre es un mes más dentro de un ciclo que no se rompe. No hay espacio para improvisaciones, ya que cualquier descuido puede afectar la producción y el sustento de muchas familias.
Vocación de todo el año
La ganadería es una actividad que exige vocación y constancia. En fechas donde otros sectores bajan el ritmo, el campo sigue activo, garantizando que la carne y la leche lleguen a los mercados y a las mesas de los colombianos.
Este esfuerzo permanente demuestra que el trabajo ganadero es una labor esencial para el país. Detrás de cada producto hay jornadas largas, incluso en Navidad y Año Nuevo, realizadas por hombres y mujeres que entienden que su oficio no conoce de descansos.
Así, mientras Colombia celebra, en el campo se sigue trabajando, porque para el ganadero, el compromiso con la alimentación del país es de todos los días del año.



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