El sector lácteo apuesta por nuevas tecnologías, sostenibilidad y alimentos fortificados que responden a las demandas de salud y transparencia. Productos fermentados y sistemas de trazabilidad digital están marcando el camino hacia una industria más cercana al consumidor y con mayor confianza.
El consumo de leche, tanto de manera directa como a través de los derivados lácteos ha venido cayendo por diferentes razones, pese a ser un alimento que brinda múltiples beneficios para la salud y por eso se buscan fórmulas que permitan elevar dichas cifras.
Por ejemplo, las bebidas lácteas fermentadas como el yogur y el kumis, además de sus sabores refrescantes cuentan con cualidades benéficas para la salud por su fácil absorción de los diferentes nutrientes y por aportar en muchos casos a la recuperación de la flora gastrointestinal.
Estos alimentos ayudan a que la digestión sea más ligera, porque sus bacterias buenas equilibran el intestino. Además, al fermentar, la leche pierde parte de la lactosa, lo que la hace más fácil de consumir para quienes tienen intolerancia leve.
De igual manera, se le atribuye a las bebidas lácteas fermentadas ser un refuerzo del sistema inmunológico. Son ricas en proteínas, calcio, vitamina D y del grupo B, además de aportar antioxidantes que cuidan la salud. (Lea en CONtexto ganadero: La leche de vaca domina la producción de lácteos en el mundo)
Las bebidas lácteas fermentadas han ganado importancia cultural y comercial. Hoy son cada vez más populares y muestran que tradición e innovación pueden unirse en una alimentación saludable, respaldada por estudios científicos de alto nivel.
Innovaciones sostenibles
El informe The Future of Dairy, presentado por Eatable Adventures, destaca cómo la industria láctea está evolucionando, adoptando prácticas más sostenibles, desarrollando productos híbridos y apostando por la innovación abierta.
Esta última surge como una estrategia clave para afrontar los retos de costos crecientes y cambios en las preferencias de los consumidores, particularmente entre millennials y la Generación Z, quienes priorizan la sostenibilidad y la salud.
Tecnologías como la fermentación de precisión y la biología computacional están emergiendo como elementos fundamentales para la producción láctea futura, mejorando la escalabilidad y calidad de los productos, señala el informe reseñado por el portal gestionynegocios.co.
Por su parte, una nota de portallechero.com destaca que la innovación en la industria láctea se centra en mejorar el perfil nutricional de la leche y sus derivados, además de hacer la producción más eficiente y sostenible. (Lea en CONtexto ganadero: La gran industria láctea nacional sigue en deuda con el país)
Personalizar productos
La sostenibilidad es un pilar clave en el desarrollo futuro de la industria láctea, especialmente en la creación de nuevos productos que además de atender a la demanda de los consumidores por opciones más saludables y nutritivas, también lo hace por productos que son creados de manera ética y ecológica.
Las innovaciones en este sector incluyen el desarrollo de leches y productos lácteos que minimizan el impacto ambiental de su producción a través del uso eficiente de recursos y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Un enfoque innovador en la producción de nuevos productos lácteos es la fortificación con nutrientes adicionales. Esto incluye la adición de omega-3, fibras, antioxidantes, probióticos y vitaminas adicionales, que pueden ayudar a abordar problemas de salud específicos como el colesterol alto, la digestión y la resistencia inmunológica.
Además, la personalización de productos lácteos para satisfacer las necesidades dietéticas específicas de diferentes grupos demográficos, como productos bajos en lactosa para intolerantes a la lactosa o leches enriquecidas diseñadas para niños, mujeres embarazadas o ancianos, es un área de crecimiento significativo. (Lea en CONtexto ganadero: Historia de la leche y los derivados lácteos)
Trazabilidad y calidad
La trazabilidad es otra área donde la tecnología está teniendo un impacto transformador.
Sistemas de trazabilidad basados en blockchain y otras tecnologías de registro digital permiten seguir el recorrido de la leche desde la granja hasta la mesa, proporcionando a los consumidores y reguladores una vista clara del origen del producto, los tratamientos aplicados y su camino a través de la cadena de suministro.
Esto no solo aumenta la confianza del consumidor en la seguridad y calidad del producto, sino que también mejora la capacidad de las empresas para retirar rápidamente cualquier producto que se descubra que es inseguro.
Además, la implementación de sistemas de gestión de calidad y seguridad alimentaria, como HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), se ha vuelto estándar en la industria.
Estos sistemas ayudan a identificar, evaluar y controlar los riesgos significativos para la seguridad alimentaria, asegurando que todos los productos lácteos no solo cumplen con los estándares regulatorios locales e internacionales, sino que también responden a las expectativas de los consumidores de alimentos seguros y saludables.