Aunque algunos ganaderos lo consideran complicado o innecesario, expertos aseguran que es una herramienta clave para mejorar la salud del suelo, la productividad del ganado y la sostenibilidad de la finca. Evaluar el terreno, planificar los potreros y ajustar la carga animal son pasos esenciales para que la práctica sea efectiva.
En el sector ganadero aún persisten dudas sobre la eficacia del pastoreo rotacional. Para algunos productores, se trata de una moda pasajera o de una técnica difícil de implementar. Sin embargo, la experiencia demuestra lo contrario.
El extensionista Cristian Reyes explicó que el éxito depende de evaluar primero la condición del terreno.
“Evalúe el terreno antes de comenzar el pastoreo rotacional para determinar la salud de sus pastos. El ganadero debe saber la composición de sus suelos, el nivel de nutrientes y estructura, así como la calidad del pasto para determinar si tiene maleza o si hay zonas con demasiado pasto o muy poco pasto”, explicó.
Esa valoración inicial, según Reyes, define cuántos animales puede soportar cada potrero y cuánto tiempo necesita para recuperarse. Sin esta etapa, el sistema pierde efectividad. (Lea en CONtexto ganadero: Tipos de pastoreo rotacional para mejorar la productividad del ganado)
El éxito del pastoreo rotacional depende de evaluar la condición del terreno, analizando suelos, nutrientes y calidad de los pastos. Foto: alliancebioversityciat.org
Planificación y manejo del ganado
Un mito frecuente es pensar que basta con dividir el terreno y dejar al ganado rotar por sí solo. Reyes aclaró que diseñar un sistema es fundamental. Un buen esquema requiere un número adecuado de potreros, un punto de agua central y caminos de acceso, siempre considerando pendientes y vegetación.
“Divida el terreno en secciones y establezca un plan de pastoreo rotacional. El plan debe especificar cuánto tiempo los animales permanecerán en cada sección y cuánto tiempo de descanso tendrán antes de volver a pastorear esa sección”, advirtió.
El especialista recordó que mover el ganado con orden es clave para no generar estrés en los animales. “El movimiento debe ser hecho en una fecha y hora preestablecida, para que el ganado se acostumbre a un patrón de movimiento regular y no se asuste por la novedad de la situación”, informó.
Ajustes y beneficios a largo plazo
La rigidez es otro mito que rodea esta práctica. Muchos ganaderos creen que una vez definido el plan no se puede modificar. Reyes insiste en que la flexibilidad es parte del proceso.
“A medida que se implementa un sistema de pastoreo rotacional es posible que encuentren desafíos y problemas que necesitan ser resueltos. Por ejemplo, puede que encuentre que necesita más pastos o que el ganado necesita más tiempo de descanso entre secciones”, agregó. (Lea en CONtexto ganadero: Qué factores influyen para determinar el periodo de ocupación y descanso en un potrero)
El experto también explicó que existen distintas técnicas de manejo que se adaptan a cada finca. Una de ellas es la de alta intensidad y corta duración, en la que los animales permanecen en un potrero un día o menos. Otra es la de baja intensidad y larga duración que extiende la estadía a varias semanas. La elección depende de la extensión, el tipo de pasto y el número de reses.
Finalmente, Reyes subrayó la importancia de mejorar continuamente la calidad del forraje mediante siembra de pastos resistentes, fertilización, riego o incluso rotación con cultivos de cereales o leguminosas.
“El pastoreo rotacional es una práctica efectiva para mejorar la salud del pasto y del ganado, aumentar la producción y reducir la necesidad de fertilizantes y pesticidas. Con el tiempo y la práctica, el pastoreo rotacional puede ser una herramienta valiosa para mejorar su producción de carne o leche y mantener la salud de su terreno”, concluyó.