Identificar fallas en el proceso de inseminación artificial a tiempo fijo puede marcar la diferencia entre una ganadería rentable y pérdidas millonarias. El experto Camilo Alvarado reveló cuáles son las más comunes que comprometen la eficiencia reproductiva, cómo prevenirlas y acciones simples para corregirlas.
El bajo éxito en la inseminación artificial a tiempo fijo (IATF) no siempre es cuestión de mala suerte. Casi siempre, pequeños errores de manejo, capacitación y control son los verdaderos culpables.
Así lo explicó Camilo Alvarado, zootecnista con más de 23 años de experiencia en reproducción bovina asistida en Colombia, Nicaragua, Ecuador y Brasil, subrayó que muchos de los fracasos de la IATF tienen su raíz en detalles que se pasan por alto, pero que resultan fundamentales para lograr preñeces efectivas.
“No es cuestión de suerte, es de método. Cada error cuesta dinero. Por eso es importante entender qué se puede controlar y cómo”, manifestó. (Lea en CONtexto ganadero: Recomendaciones y ventajas de implementar IATF)
A continuación le presentamos los 7 errores más comunes que afectan la implementación de esta herramienta en su ganadería.
1. Animales no aptos
Un fallo inicial, pero recurrente, es seleccionar animales que no están listos para el protocolo. Alvarado advirtió que “inseminar vacas que no ciclan o novillas sin madurez reproductiva es tirar el dinero”.
Según su experiencia, no respetar los períodos de espera voluntarios o desconocer la actividad ovárica de los animales lleva a tasas de preñez desastrosas.
La recomendación es realizar evaluaciones previas para asegurar que los animales estén en óptimas condiciones reproductivas antes de aplicar cualquier protocolo.
2. Protocolos mal adaptados
Alvarado enfatizó que “no existe un protocolo universal válido para todos los bovinos”. Cada raza y tipo de producción requiere un protocolo hormonal específico.
No adaptar los tratamientos a las particularidades de cada hato es un error técnico que compromete seriamente los resultados.
El experto aseguró que un diagnóstico reproductivo previo personalizado puede aumentar la tasa de éxito entre un 10 y 20 %.
De acuerdo con el experto, uno de los errores más comunes es aplicar protocolos a animales no preparados. Foto: Fedegán-FNG
3. Manejo inadecuado de tiempos
La IATF se basa en precisión horaria. Sin embargo, uno de los errores más comunes es realizar la inseminación demasiado temprano.
“Inseminar ligeramente tarde puede ser más beneficioso. Se debe cumplir estrictamente el horario definido en el protocolo para aprovechar el pico de fertilidad del óvulo”, señaló.
La recomendación del experto es respetar los protocolos de sincronización hormonal al pie de la letra y realizar la inseminación en los horarios recomendados por el médico veterinario y experto de confianza.
4. Fallas en el manejo del semen
Desde almacenar incorrectamente el semen hasta descongelarlo a temperaturas inadecuadas, los errores en la manipulación afectan gravemente la viabilidad espermática.
“Un termo seco, cambios de temperatura o tocar las pajillas con la mano dañan el semen, aunque a simple vista no lo notemos”, alertó.
Es por eso que se debe hacer una revisión microscópica para revisar la calidad del semen antes de la inseminación y seguir estrictos protocolos de descongelado son prácticas que puede salvar cientos de preñeces.
5. Trazabilidad y diagnóstico
Para el profesional, uno de los aspectos más subestimados en ganadería es la trazabilidad reproductiva. Llevar un registro detallado de protocolos, lotes de semen, inseminadores y tiempos permite detectar rápidamente el origen de un problema.
“Una simple hoja de seguimiento puede evitar meses de pérdida”, afirmó Alvarado. Esto se complementa con chequeos reproductivos cada cierto tiempo para confirmar preñeces y descartar complicaciones tempranas.
Capacitar al personal en detección de celo e inseminación es clave, pues la diferencia entre el éxito y el fracaso está en las manos del inseminador. Foto: blog.agrocampo.com.co
6. El peso del éxito
El experto recalcó que tanto la obesidad como la extrema delgadez en las vacas disminuyen drásticamente la tasa de preñez.
“Prefiero vacas entre 2.5 y 3.5 de condición corporal. Demasiado gordas o flacas, sus úteros no están en condiciones óptimas para fecundar”, indicó.
Un manejo nutricional adecuado, por tanto, no solo impacta en la salud general del ganado, sino directamente en la eficiencia reproductiva. (Lea en CONtexto ganadero: 5 claves para llevar a cabo IATF en novillas de carne)
7. Capacitación
Alvarado destacó que contar con personal capacitado en detección de celo y técnicas de inseminación es un factor crítico. A su juicio, “un buen inseminador hace la diferencia entre ganar o perder en el negocio”.
Además de cursos técnicos, recomendó realizar actualizaciones periódicas, considerando que los avances en biotecnología ganadera son constantes y ofrecen nuevas herramientas de diagnóstico y control.
Hoy en día existen herramientas como chips de detección de celo, collares inteligentes o sistemas de monitoreo remoto que alertan sobre cambios en el comportamiento de las vacas. Estas tecnologías permiten actuar a tiempo, minimizando el margen de error humano.
En cada reproducción asistida, el éxito depende del control de cada detalle. “Cada vaca preñada a tiempo representa dinero en el bolsillo. Cada error es dinero perdido”, concluyó.