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¿Es la mantequilla una grasa con mala fama? Esto dice la ciencia sobre sus propiedades reales

Neife Castro 27 de Junio 2025
La verdad sobre la mantequillaFoto: Imagen de freepik

Históricamente estigmatizado por su contenido en grasas saturadas, este producto vuelve a ganar protagonismo gracias a expertos que defienden su consumo moderado como parte de una dieta equilibrada y natural. Su aporte de vitaminas, minerales y compuestos beneficiosos ha sido reconocido por médicos y nutricionistas.


Alejada de los mitos que la catalogan como un enemigo cardiovascular, la mantequilla de origen animal recibe el respaldo de evidencia médica y nutricional al aportar vitaminas liposolubles (A, D, E y K), minerales y compuestos beneficiosos, siempre que se consuma con prudencia.

Durante décadas, la mantequilla fue señalada como nociva para el corazón debido a su alto contenido de grasas saturadas. Sin embargo, investigaciones actuales muestran que, en cantidades moderadas y en el marco de una alimentación balanceada, puede ser parte de un estilo de vida saludable.

A diferencia de las margarinas y otros productos ultraprocesados, la mantequilla natural proviene directamente de la grasa de la leche, sin aditivos ni grasas trans, lo que la hace nutricionalmente superior.

Se recomienda preferir mantequillas de animales alimentados con pasto, sin aditivos ni sal, siguiendo criterios de bienestar animal. Foto: Freepik


Valor nutricional


La mantequilla es rica en vitaminas liposolubles —A, D, E y K— esenciales para la salud ocular, ósea, inmunológica y cardiovascular. Además contiene minerales como calcio y antioxidantes naturales que promueven la salud general.

La médica residente en España, Lucy Acevedo, refuerza esta perspectiva al señalar que “en cantidades moderadas, la mantequilla natural fortalece funciones corporales clave y aporta micronutrientes vitales”. Su punto coincide con artículos médicos que recalcan que “la mantequilla es saludable si es de origen animal puro, no ultraprocesada”.


Moderación, origen y calidad


Los especialistas coinciden en que el consumo de mantequilla debe moderarse: no más de 30 g diarios en hombres y 20 g en mujeres, para evitar excesos de grasas saturadas.

Además, se recomienda preferir mantequillas de animales alimentados con pasto, sin aditivos ni sal, siguiendo criterios de bienestar animal.

Romper con los mitos, priorizar la calidad, moderar las porciones y valorar los beneficios: ese es el nuevo enfoque sobre la mantequilla. Lejos de ser villana, puede incorporarse de forma responsable en una dieta saludable, siempre que se elija adecuadamente.



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