Desde la cooperación entre ganaderos hasta las alianzas que fortalecen a las familias rurales, este principio impulsa desarrollo, bienestar y unidad en los territorios, como lo recordó el padre Diego Jaramillo durante un reciente encuentro del sector.

La V Cena Gourmet de Una Vaca por la Paz fue escenario de un mensaje que caló hondo. El padre Diego Jaramillo asistió por primera vez a este evento y valoró su impacto en el sector.

“Tengo que reconocer que esta cena, a la que vengo por primera vez, aunque ya es la quinta cena de este tipo, me parece muy importante porque es la unión de toda la gente que trabaja en la ganadería y que se une, primero, para encontrar caminos mejores de servicio al país y, luego, para que esa industria ganadera vaya tomando cada vez un mayor impulso en Colombia”.

Su lectura deja en evidencia cómo la cooperación rural se convierte en una fuerza transformadora. (Lea en CONtexto ganadero: Los aliados de Una Vaca por la Paz: la cadena solidaria que impulsa el campo colombiano)

Alianzas que cambian vidas

El padre recordó la alianza entre El Minuto de Dios y Fedegán, una relación que ha permitido llevar más que viviendas a familias del campo. Esta iniciativa ofrece un nuevo comienzo a hogares que antes no contaban con recursos productivos.

“El Minuto de Dios, que represento, ha hecho una alianza muy especial con Fedegán, y por esa alianza, cuando en las regiones rurales entregamos viviendas reconstruidas o nuevas, Fedegán nos regala una vaca que entregamos a esa familia pobre”, manifestó el sacerdote.

Su explicación detalló cómo este gesto se multiplica, pues la estructura solidaria del programa crea una cadena de apoyo que se sostiene en el tiempo.

“Cuando nazca la cría, esa familia debe dar esa cría a otra familia necesitada y así, entre todos, con los terneritos o con la leche, vamos procurando un mejor bienestar para esas familias que antes no tenían nada, pero que van viendo que el futuro se les despeja”, preciso.

Inspirar a otros sectores

Durante el evento, Jaramillo extendió su mensaje a los televidentes y al sector rural. Su invitación propone asumir la solidaridad como un compromiso permanente.

“Por eso, a todos ustedes que ven el programa del Minuto de Dios, los invito a que pensemos en los pobres, a que nos sintamos solidarios y a que, si son ganaderos, trabajen”, manifestó. (Lea en CONtexto ganadero: Con una vaca empieza el cambio: vea si usted puede unirse al programa que transforma vidas en el campo)

Este año la organización trabajó principalmente en Tunja, porque la corporación ya estaba desarrollando un programa de vivienda rural en la capital de Boyacá. Allí se entregaron siete vacas.

Aunque desean extender el programa, la entidad mantiene compromisos urbanos. Su enfoque prioriza a quienes viven en zonas rurales. “Nuestro convenio establece que la gente debe tener un espacio en el campo y, entonces, cuando las casas que construimos son en el campo, a esas familias es a las que beneficiamos”.

El padre destacó que esta alianza puede inspirar a otros sectores. Su reflexión apunta a una solidaridad compartida entre todos los actores del país.

“Creo que esta iniciativa de Fedegán es un ejemplo para las industrias agrícolas, ganaderas y cualquier otro tipo de industria en el país, porque así como hacemos una alianza con Fedegán, podemos hacerla con todas las industrias, con todas las fábricas”, declaró.

Mensaje para quienes alimentan a Colombia

Finalmente, el padre dedicó unas palabras a los campesinos: “Hermanos campesinos, si son ustedes los que me escuchan, hermanos que trabajan en la agricultura o en la ganadería y que están en el campo colombiano, les agradecemos el esfuerzo que hacen por alimentarnos a todos con su trabajo y con sus productos”.

También dejó un mensaje espiritual que invita a valorar la relación con la naturaleza. “Los bendecimos en el Señor y les decimos que, ya que tienen en sus manos la ganadería y la agricultura, aprendan, a partir del ganado y de los vegetales, a conocer al Creador. Recuerden que el Creador es el Señor de todo”.

Su cierre evocó un compromiso urgente. “Todos estamos ahora comprometidos con mensajes ecológicos porque tenemos que respetar la naturaleza, el agua y el aire, pero, de una manera especial, los vegetales y los animales”. La frase resume un llamado que es tanto ético como práctico: proteger lo que sostiene la vida rural y, con ello, la vida del país.