Diecisiete hogares campesinos de Belalcázar (Caldas) recibieron novillas preñadas como parte de un programa de Fundagán y la Alcaldía que combina solidaridad y sostenibilidad para impulsar la seguridad alimentaria y la economía rural. Este acuerdo marca un paso decisivo hacia un modelo productivo con impacto social y ambiental.
En el parque principal de Belalcázar (Caldas), 17 familias vivieron un momento que podrá cambiar el rumbo de sus vidas.
Allí, el pasado 5 de julio, la Fundación Colombia Ganadera (Fundagán) y la Alcaldía del municipio oficializaron un convenio que materializó la entrega de estos animales, siendo el punto de partida de un proyecto que quiere consolidar la ganadería como motor de progreso, reconciliación y esperanza. (Lea en CONtexto ganadero: Con una vaca empieza el cambio: vea si usted puede unirse al programa que transforma vidas en el campo)
El programa Una Vaca por la Paz nació con la convicción de que el desarrollo rural puede construirse con herramientas sencillas pero poderosas. Una vaca representa mucho más que un animal, es la promesa de leche en la mesa, ingresos estables, autonomía económica y un vínculo renovado con la tierra.
El alcalde Fabio Andrés Ramírez destacó que este convenio responde a una deuda histórica con los productores rurales. A su juicio, el proyecto permitirá mejorar las condiciones de vida de las familias beneficiarias a través de prácticas ganaderas sostenibles y responsables, abriendo nuevas posibilidades de emprendimiento en un municipio marcado por las dificultades económicas.
“Una Vaca por la Paz, es un proyecto de que realmente mejora las condiciones económicas de nuestros campesinos, así seguimos revolucionando el campo, seguimos trabajando por un mejor campo y esa deuda que tenemos todos con nuestros campesinos, hoy la empezamos a saldar, entregando soluciones reales que transformarán sus vidas”, manifestó el burgomastre.
A diferencia de otras iniciativas asistencialistas, el programa contempla un acompañamiento técnico permanente que incluirá capacitación en manejo animal, nutrición, sanidad, reproducción y gestión productiva.
El propósito es garantizar que cada novilla se convierta en una fuente de ingresos sostenibles, con la posibilidad de multiplicar el hato y fortalecer la seguridad alimentaria de cada hogar. Para las familias seleccionadas, el convenio representa una oportunidad que no habían imaginado.
Compromiso del gremio
El presidente de Fundagán, Carlos Luque Barriga, subrayó que Una Vaca por la Paz busca tejer alianzas con los gobiernos locales y empresarios comprometidos con el campo.
A la fecha, la fundación ha entregado más de 1.500 novillas en diferentes regiones, y este año espera reunir recursos suficientes para alcanzar la meta de 2.000 animales. (Lea en CONtexto ganadero: “Nunca pensé que una vaca me fuera a cambiar tanto la vida": historia de una madre campesina en Meta)
Luque resaltó que este modelo no solo fortalece la economía familiar, sino que también contribuye a la soberanía alimentaria y a la protección del medio ambiente mediante prácticas productivas sostenibles.
“Nos sentimos satisfechos con el convenio que celebramos con la Alcaldía de Belalcázar y nos enorgullece que hoy la promesa de entregar herramientas de inversión social a través de la ganadería, se materializa con la entrega de estas 17 novillas preñadas”, aseguró Luque Barriga.
Para lograr el objetivo de Una Vaca por la Paz, la fundación organiza anualmente una cena benéfica en la que se reúnen donaciones de empresarios y ciudadanos. Este año, el evento tendrá lugar el 6 de noviembre en el Club El Nogal, donde se anunciará la cifra recaudada.
Es por eso que Fundagán reiteró su llamado a todos los sectores productivos a sumar esfuerzos y recursos para que Una vaca por la paz continúe expandiéndose a otros departamentos como Boyacá, Casanare, Magdalena y Meta con convenios en los que se está trabajando.