Abogado, exconcejal y exsecretario de Gobierno, el actual senador heredó una historia política marcada por el expresidente Julio César Turbay y por el asesinato de su madre, la periodista Diana Turbay. Con 38 años, se proyectaba como figura de relevo en el Centro Democrático y aspiraba a la Presidencia con un programa centrado en seguridad y desarrollo.
Miguel Uribe Turbay nació el 25 de enero de 1987 en Bogotá, en una familia marcada por el poder político y el peso de la violencia. Nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala (1978–1982) e hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 durante un operativo de rescate tras su secuestro por narcotraficantes, creció con la impronta de un legado público y el recuerdo de una tragedia personal que definió parte de su identidad.
Estudió Derecho en la Universidad de los Andes, donde consolidó su interés por las políticas públicas y el derecho constitucional. Su carrera política comenzó en el Concejo de Bogotá, cargo que ocupó entre 2012 y 2016. Allí se destacó por su trabajo en temas de planeación urbana, seguridad ciudadana y control del gasto público, ganando visibilidad como un dirigente joven con proyección nacional.
En 2016, el entonces alcalde Enrique Peñalosa lo designó secretario de Gobierno, función desde la que impulsó políticas de convivencia, recuperación del espacio público y coordinación con las autoridades de seguridad. Ese paso por la administración distrital le permitió ampliar su perfil ejecutivo y fortalecer su imagen como gestor. (lea en CONtexto ganadero: Fedegán rechaza atentado contra Miguel Uribe y condena lenguaje violento del presidente Petro)
En 2019, se lanzó a la Alcaldía de Bogotá con una candidatura independiente respaldada por sectores de centroderecha. Aunque no ganó, su campaña lo posicionó como una figura emergente en el panorama político nacional. Su persistencia lo llevó a aspirar al Senado en 2022, donde obtuvo la mayor votación individual del Centro Democrático.
Su discurso se centró en tres ejes: seguridad ciudadana, fortalecimiento institucional y promoción del emprendimiento. En 2025, oficializó su aspiración presidencial con un programa que proponía frenar reformas impulsadas por el gobierno de Gustavo Petro, reforzar la economía de mercado y endurecer la lucha contra el crimen organizado.
La trayectoria pública de Uribe estuvo marcada por su capacidad para proyectar cercanía ciudadana. Combinó su actividad legislativa con recorridos regionales y una activa presencia en redes sociales, presentándose como un dirigente de diálogo directo con la ciudadanía y firme en sus convicciones políticas.
El 7 de junio de 2025, su carrera se detuvo abruptamente: ese día, durante un acto proselitista en el parque El Golfito, barrio Modelia de Bogotá, un menor de edad le disparó en varias ocasiones, causándole graves heridas en la cabeza y una pierna. El ataque, que la Fiscalía calificó como de motivación política, lo dejó en estado crítico durante dos meses.
La mañana del pasado 9 de agosto, la Fundación Santa Fe reportó un agravamiento de su condición debido a una hemorragia en el sistema nervioso central. Pese a las intervenciones quirúrgicas, falleció dos días después a los 38 años. La muerte de Miguel Uribe Turbay interrumpe una trayectoria que combinaba herencia política, experiencia en la gestión pública y ambición presidencial.
Su figura, proyectada como relevo generacional en la derecha colombiana, quedará asociada a uno de los episodios más graves de violencia política en la historia reciente del país.