A pesar de los rumores, todavía no se confirma a Armando Benedetti, actual ministro del Interior, como nuevo canciller de gobierno Petro. Sin embargo, la aspirante presidencial por el partido Centro Democrático María Fernanda Cabal se adelantó y le recordó que es un “impresentable”.

María Fernanda Cabal lanzó una dura crítica contra Armando Benedetti, de quien se rumora será el nuevo canciller de Colombia. En un trino publicado en su cuenta de X (anteriormente Twitter), la líder opositora calificó al político como “impresentable” y cuestionó su idoneidad para ocupar cargos públicos.

"Impresentable. Investigado disciplinariamente, procesos abiertos ante la Corte Suprema de Justicia sin resolverse, no habla un segundo idioma; todo lo que no debe ser un Canciller de la República", sostuvo la senadora en su publicación.

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El cuestionamiento de Cabal hace referencia a las múltiples controversias que rodean a Benedetti. Entre ellas, vale la pena recordar su vinculación con el escándalo del tráfico de influencias en el caso Fonade, por el cual actualmente es investigado por autoridades judiciales. Además, enfrenta acusaciones de violencia intrafamiliar presentadas por su esposa, Adelina Guerrero, lo cual ha generado rechazo en diversos sectores de la sociedad.

No menos polémico fue el momento en que Benedetti confesó públicamente su consumo de cocaína, lo que generó una fuerte reacción en el ambiente político y social del país. Esto, sumado a su historial judicial y personal, ha llevado a que varios analistas y expertos en política lo cataloguen como un personaje fuera del margen institucional, incluso lo han definido como “el político de alcantarilla”.

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La polémica ha generado debate en redes sociales y en el Congreso, donde muchos cuestionan cómo un ciudadano con tales antecedentes podría asumir un cargo estratégico como el de canciller, responsable de conducir la política exterior del país.

Mientras tanto, María Fernanda Cabal continúa con un discurso centrado en la ética y la transparencia, posicionándose como una alternativa frente a lo que ella denomina “política tradicional corrupta”. Su crítica a Benedetti se suma a una creciente ola de rechazo ciudadano hacia figuras vinculadas a escándalos de corrupción y conductas cuestionables.