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El abigeato bajó en 2025 según las autoridades, ¿es real o es un espejismo?

Melanny Orozco 29 de Mayo 2025
Robo de ganadoFoto: Jaime PérezEl hurto de semovientes en 2025 se ha reducido en un 61% en comparación con el año anterior.

Si bien las autoridades celebran caída del 61 % en el robo de semovientes, desde el sector ganadero advierten que la verdadera amenaza sigue viva. El silencio por temor, la presencia criminal en zonas rurales y la escasa denuncia ponen en duda el alcance del éxito institucional. La estrategia de seguridad requiere más presencia real y apoyo efectivo en zonas apartadas.


La Policía Nacional reportó una fuerte reducción en el abigeato durante 2025, tras intensificar operativos y campañas en regiones críticas como Meta, Cesar y Valledupar. (Lea en CONtexto ganadero: Abigeato y carneo no dan tregua en Meta y Vichada: estos son los municipios más afectados)

En medio de la tranquilidad aparente que transmiten las cifras oficiales, la realidad del campo colombiano ofrece una lectura menos optimista. Según el más reciente balance de la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental (Dicar) de la Policía Nacional, el hurto de semovientes en 2025 se ha reducido en un 61 % en comparación con el año anterior. Un dato que, sin duda, destacó que 2.511 animales fueron robados frente a los 4.040 casos registrados en 2024.

Sin embargo, detrás de estos resultados, que también incluyen 34 personas capturadas, 10 operaciones de alto impacto y 3 estructuras criminales desarticuladas, se mantienen la inseguridad que sienten los ganaderos en sus tierras. Por lo que para muchos, la estadística no logra borrar el miedo.

El general (r) Fernando Murillo, líder de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz (FSSP) creados por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), expuso que hay ambigüedades, pues “estas cifras del informe de la DICAR no reflejan la realidad del campo, pues el ganadero está sufriendo mucho con la inseguridad, sin embargo la denuncia como siempre es mínima”.

En 2025, se reportaron 271 casos de abigeato, con 1.529 semovientes hurtados. Las modalidades más comunes fueron el arreo (93 casos), el oportunismo (95 casos), el carneo (62 casos) y el atraco (37 casos).

Las regiones más afectadas por estos delitos siguen siendo las mismas, Meta y Cesar, que concentran el 50 % de los casos a nivel nacional.

La estrategia “Mi Campo Más Seguro”, implementada por la Policía Nacional, ha sido una de las principales apuestas institucionales para reducir el impacto del crimen rural. Esta incluye un grupo interinstitucional con participación de fiscales, unidades especializadas de Dicar y Sijín, así como equipos técnicos que planifican y ejecutan operativos focalizados en regiones de alta incidencia.

A nivel preventivo, la Policía ha intensificado sus esfuerzos con más de 6.948 visitas a fincas, 1.249 capacitaciones sobre la App Ganadera, 790 acompañamientos a expendios de carne y frigoríficos y la ejecución de más de 39.000 actividades de gestión comunitaria.

Todo esto se complementa con 311 reuniones con gremios, 1.249 campañas contra el abigeato, más de 21.000 verificaciones de antecedentes y 4.179 puestos de control en puntos estratégicos.


Institucionalidad


El respaldo de la institucionalidad también se ha fortalecido con la estrategia de seguridad ganadera de Fedegán, implementada desde 2024, que trabaja a través de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz para generar alertas tempranas sobre invasiones, secuestros, extorsiones y hurto.

Pero el esfuerzo técnico y operativo parece toparse con la falta de denuncias. El miedo a represalias, la desconfianza en los procesos judiciales y la escasa presencia estatal en zonas apartadas impiden que muchos delitos salgan a la luz.

Según el general Murillo, la delincuencia común, es la que más golpea al sector ganadero, especialmente en lo relacionado con el abigeato y la extorsión. (Lea en CONtexto ganadero: El abigeato desangra a La Guajira y nada lo detiene)

Por lo tanto, para que el Plan Padrino de la Policía Nacional cumpla su promesa de devolver la seguridad al campo, se requerirá más que cifras, se necesitará cercanía, presencia sostenida y garantías que motiven al ganadero a alzar la voz sin miedo.


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