La finca implementó mejoras técnicas, ambientales y productivas, por lo que recibió la certificación de Buenas Prácticas Ganaderas y marcó un hito para la región. Este logro también se debe al apoyo recibido por Fedegán-FNG a través del Tecnig@n de Caucasia, Antioquia.

En la vía a Nechí, en Caucasia, una finca con más de medio siglo de tradición encontró un nuevo rumbo cuando Gloria Eugenia Calle Restrepo asumió su administración durante la pandemia.

El relevo generacional abrió paso a decisiones que transformaron la operación y la llevaron hacia un modelo más técnico y ordenado. (Lea en CONtexto ganadero: BPG, un sistema que permite mejorar la producción del hato ganadero)

La ganadera recordó ese momento: “Esta finca tiene manos de mis padres de más de 50 años. Llevamos 57 años y en esta finca se hizo de todo, pero desde hace 15 años se hace solo ganadería de ceba. Somos proveedores de Colanta. Yo llegué en la época de la pandemia. Mi papá tenía 89 años, con problemas de salud, y concertamos en que él me entregara la finca para que pudiera descargarse”.

Cambios que abrieron camino

Con la finca familiar a su cargo, Gloria implementó ajustes que fortalecieron la gestión técnica y la toma de decisiones basada en registros. Reorganizó la rotación de potreros, renovó praderas y mejoró la infraestructura hídrica, creando un sistema más estable y medible.

Ese proceso se apoyó en nuevas rutinas de control, como ella misma lo resumió: “Empezamos la enumeración, pesaje, clasificación”.

El componente ambiental también tomó fuerza. La llegada de un proyecto de silvopastoril impulsó la siembra de nativas, la recuperación del suelo y la creación de cercas vivas, lo que permitió diversificar el paisaje y prepararse para iniciativas de carbono.

“El proyecto ya muestra resultados. Ya hay árboles que pasan de los 5 metros. Sembramos especies nativas, maderables. Hemos hecho cercas vivas y estamos haciendo la tarea. Estamos postulados para los bonos de carbono”, dijo.

Hoy el predio maneja 450 animales, integrando producción y sostenibilidad.

La certificación que marcó un antes y un después

La oportunidad de obtener el certificado de Buenas Prácticas Ganaderas surgió a partir de una visita técnica que vio potencial en el predio. A partir de ese momento, Gloria completó los requisitos necesarios para consolidar un sistema más ordenado. “La certificación de buenas prácticas nace de una visita que recibo aquí en la finca. Vieron que yo tenía mucho terreno avanzado. Me hacen la sugerencia de que yo me podía certificar, entonces yo les pregunto cuáles son los requisitos. Implementamos lo que nos estaba haciendo falta y lo logramos”, narró. El proceso de obtención del certificado fue apoyado por la Federación Colombiana de Ganaderos-FNG, a traves del Tecnig@n de Caucasia.

La certificación llegó en un contexto donde la trazabilidad y el bienestar animal se vuelven fundamentales para competir. Para ella, este reconocimiento es la base para seguir creciendo.

“Como punto de partida tomamos el certificado de buenas prácticas ganaderas para que podamos ir abriendo nuevos caminos”, manifestó. (Lea en CONtexto ganadero: Guía práctica para aplicar las BPG sin desgastarse y perder dinero)

El mensaje final de Gloria es un llamado a la transformación dentro del sector. “A pesar de las dificultades que manejamos en el gremio ganadero, es muy necesario e importante que nos abramos a romper paradigmas y empezar a hacer las cosas diferentes. Entre esas cosas están las buenas prácticas ganaderas, porque eso nos va a llevar a lograr mejores resultados. Por ende, nos pueden abrir mejores puertas”.

Y añadió: “No es un camino fácil, pero es un camino de voluntades. El medio ambiente nos lo está exigiendo. En la medida que el entorno nos condicione, nosotros tenemos que empezar a hacer las cosas diferentes. Tenemos que ser el pilar de la solución, no debemos”.

Con este logro, el Bajo Cauca suma un referente en producción sostenible, un ejemplo que impulsa al gremio a abrir nuevos caminos y a fortalecer su competitividad.