Frente al aumento del abigeato y la extorsión en zonas rurales de Córdoba, el gremio ganadero activa una estrategia conjunta con autoridades para defender la economía pecuaria en esta temporada decembrina. La iniciativa combina pedagogía, patrullajes y coordinación semanal para frenar el avance del crimen organizado.

Una ofensiva estratégica contra el delito rural se desarrolla actualmente en el departamento de Córdoba. Desde la Federación Ganadera de Córdoba (Ganacor), en conjunto con Fedegán y los comités ganaderos de las distintas razas, se han aliado con los carabineros de Córdoba y la Policía Metropolitana para ejecutar un plan preventivo, que busca reducir significativamente los delitos de abigeato, extorsión y otras amenazas que afectan la seguridad de los productores del campo en el último mes del año. (Lea en CONtexto ganadero: Violencia golpea el ciclo de vacunación bovina: roban biológicos y extorsionan a ganaderos)

Esta alianza surge en respuesta a una creciente preocupación de los ganaderos por la inseguridad que mina no solo la tranquilidad de las familias rurales, sino también la estabilidad de la economía agropecuaria en la región.

La estrategia se basa en tres pilares fundamentales: jornadas pedagógicas, patrullajes permanentes y concejos de seguridad semanales. Esta fórmula busca no solo reprimir el delito, sino prevenirlo a través de la educación y la coordinación efectiva.

“Desde el gremio ganadero de Córdoba Ganacor, en compañía de Fedegán y de los comités de las distintas razas, trabajamos de manera preventiva con las autoridades, específicamente con los carabineros de Córdoba y Metropolitana, con el fin de bajar los índices de abigeato, extorsión y demás delitos que afronta nuestro campo en el departamento de Córdoba. Juntos seguimos trabajando por la defensa y el progreso de la industria pecuaria en Córdoba”, expresó Humberto Lora, presidente de Ganacor.

Las jornadas pedagógicas tienen como objetivo informar y advertir a los productores sobre prácticas de autoprotección, protocolos de denuncia, y los riesgos que conlleva la falta de acción frente a las amenazas.

Además, los patrullajes constantes en zonas con alta incidencia delictiva buscan crear un efecto disuasorio, mientras que los concejos de seguridad permiten un seguimiento semanal con los gremios, facilitando la toma de decisiones rápidas y coordinadas.

Impacto económico

Más allá del daño directo al ganado y a la propiedad, el abigeato y la extorsión representan una amenaza seria para el tejido productivo del campo. El miedo a operar en zonas inseguras puede empujar a pequeños y medianos productores a abandonar sus fincas, afectando el abastecimiento interno, el empleo rural y la economía regional.

Cada res robado o finca extorsionada representa no solo una pérdida financiera, sino una herida al esfuerzo diario de cientos de familias que viven de la ganadería. De allí que esta alianza público-privada represente un hito importante en la lucha por la permanencia digna en el campo. (Lea en CONtexto ganadero: ¡Alerta roja! Productores denuncian una semana marcada por homicidios, secuestros y abigeato)