Un programa piloto en la Orinoquía demostró que es posible producir de forma rentable sin afectar los ecosistemas, con avances tangibles en sostenibilidad y fortalecimiento del modelo regenerativo. Productores, empresas y comunidades unieron esfuerzos para diseñar herramientas que impulsen una cadena cárnica ética, rentable y ambientalmente responsable.
El Reto Conserva, impulsado por The Nature Conservancy (TNC) y Amplo Kaya en octubre de 2024, concluyó su fase piloto con resultados prometedores para la cadena cárnica de la Orinoquía.
Durante el evento de cierre el pasado 19 de junio, se presentaron los avances y aprendizajes del proceso, destacando el compromiso de los aliados comerciales y sociales para continuar impulsando la transformación hacia modelos de negocio ganaderos regenerativos. (Lea en CONtexto ganadero: Reto Conserva impulsa la ganadería regenerativa en Casanare y Meta)
El proyecto, que se implementó en los departamentos de Meta y Casanare, logró identificar e integrar iniciativas locales con alto potencial para mejorar el uso del suelo, la biodiversidad y el bienestar animal, sin dejar de lado la viabilidad económica.
Durante su ejecución, el proyecto llevó a cabo acciones clave como la capacitación a productores en prácticas regenerativas. Foto: Cortesía.
Apuesta transformadora
Laura Moreno, analista senior de Amplo Kaya, explicó que el enfoque regenerativo se basa en una visión de mejora continua y transformación. “La diferencia entre sostenibilidad y regeneración surgió como un punto clave: mientras lo sostenible busca no hacer daño, lo regenerativo implica un proceso progresivo de mejora y transformación”. La investigadora subrayó que no basta con dejar de perjudicar; se trata de generar impactos positivos tangibles en lo social, ambiental y económico.
A través de entrevistas, talleres de co-creación y grupos focales, el equipo definió cinco principios clave para los modelos regenerativos: uso de recursos con enfoque regenerativo, diversidad e integración, redes y liderazgo, reporte y transparencia, y justicia y ética.
Sobre estos principios, María José García, líder de consultoría de Amplo Kaya, explicó que el marco conceptual fue desarrollado con un enfoque colaborativo: “Construimos una versión preliminar que compartimos en grupos focales y en entrevistas con diferentes actores de la cadena de valor. Hablamos con productores, con transformadores, con comercializadores, pero también con consumidores”. Esta validación fue esencial para asegurarse de que el enfoque se ajustara a la realidad del territorio.
Herramientas prácticas
Durante su ejecución, el proyecto llevó a cabo acciones clave como la capacitación a productores en prácticas regenerativas, la implementación del sistema digital Visiprast (VP), y la caracterización de biodiversidad en las fincas aliadas mediante tecnologías 4.0.
Además, se iniciaron procesos de compra de ganado en pie por parte de empresas como Asobrangus Comercial S. A. (Angus Azul), Friogán, Alkosto y Carnes Juliana, exclusivamente en predios con prácticas certificadas como regenerativas.
Este enfoque permitió construir un circuito de confianza y trazabilidad, en el que los ganaderos pueden mostrar la historia detrás de su producto, desde el bienestar animal hasta el cuidado del ecosistema. La Fundación Proyección Eco-Social, aliada ejecutora del proyecto, destacó: “Si bien el ‘Reto Conserva’ llegó a su cierre, queda el compromiso claro desde Friogán, Alkosto y Asobrangus Comercial de darle continuidad al proceso, que se mantenga y se puedan beneficiar más productores”.
Entre los instrumentos desarrollados, se encuentra una “caja de herramientas regenerativas” que guía a los productores en cada etapa del proceso: desde el diagnóstico inicial, pasando por buenas prácticas y modelos de negocio, hasta estrategias de financiamiento verde y monitoreo de impacto. Este sistema busca ser práctico, adaptable y escalable, ajustándose a la realidad de cada predio.
El evento de cierre del Reto Conserva fue realizado en el Meta. Foto: Cortesía.
Escalar y sostener
Con la fase piloto concluida, el reto ahora es garantizar la sostenibilidad y escalabilidad del modelo. El equipo de Reto Conserva ya trabaja en la consecución de recursos para replicar y ampliar la cobertura del proyecto, especialmente en zonas de alto potencial ecológico y productivo.
“El objetivo ahora es que más productores se sumen, que vean que es posible producir carne de calidad sin sacrificar el medio ambiente, y que además se generen beneficios económicos concretos para sus familias y comunidades”, señalaron desde la Fundación Proyección Eco-Social.
El cierre del proyecto no es un punto final, sino una plataforma de lanzamiento para seguir fortaleciendo una ganadería con propósito, capaz de regenerar los territorios y dignificar el trabajo rural.