Aunque aún no se reportan afectaciones graves en la vegetación o el ganado, la caída irregular de lluvias en municipios ganaderos como Riohacha, Dibulla y Manaure comienza a inquietar al sector. Frente a un régimen climático inusual, el consejo es prepararse y hacer reservas de agua y alimento para evitar la caída en la producción.
Las primeras lluvias de abril y mayo trajeron alivio momentáneo a los ganaderos de La Guajira, pero con el paso de las semanas el panorama se tornó incierto porque el cielo se ha cerrado y las lluvias han disminuido más de lo habitual en esta temporada.
La temporada de lluvias en La Guajira, tradicionalmente iniciada entre finales de abril y principios de mayo, ha mostrado este año un comportamiento irregular que preocupa al sector ganadero de la región. (Lea en CONtexto ganadero: Pronóstico del clima en junio: ¿habrá verano o lluvias intensas?)
Aunque no se evidencian daños severos en los sistemas productivos, la reducción de precipitaciones en comparación con años anteriores está causando incertidumbre sobre lo que podría venir.
Diovides Armenta, profesional regional de desarrollo de Fedegán en La Guajira, advirtió que las lluvias han disminuido notablemente.
“Por el momento, en Riohacha han parado las lluvias, así como en Manaure. Donde cae eventualmente algo de agua es en Dibulla”, aseguró.
El profesional agregó que “a diferencia de años anteriores, en esta época ya había caído más agüita”. Si bien no se puede hablar de sequía, la situación amerita vigilancia ya que durante el año las precipitaciones han sido escasas.
“No ha habido un escasez total de lluvias, pero sí han sido menos que el año pasado. Al principio del ciclo de vacunación hubo aguaceros que nos obligaron a reprogramar las visitas a predios, por los ríos crecidos y corrales empantanados, pero luego las precipitaciones disminuyeron”, indció Armenta.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) señaló que las lluvias en sectores del norte del país suelen persistir en estas semanas de junio debido al desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) hacia el norte y a la actividad ciclónica en el Caribe. Sin embargo, este patrón parece haberse debilitado este año en ciertas zonas del departamento.
Desde las carreteras se observan pasturas verdes y signos de estrés hídrico, pero los ganaderos saben que el margen de maniobra es estrecho. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cómo se comportará el clima en Colombia entre mayo y julio de 2025?)
Armenta agregó que no se ve una escasez de vegetación tan marcada, pero si sigue esta tendencia se podría comenzar a tener dificultades con el forraje y la disponibilidad de agua para los animales.
La Guajira ha vivido ciclos duros de sequía que han dejado lecciones en términos de planificación, adaptación y manejo de recursos. El sector ganadero, especialmente en un departamento que combina zonas áridas con una alta dependencia del régimen de lluvias, no puede permitirse ser reactivo.
Es momento de prepararse y no confiarse en el proceso de conservación de pasturas. La alimentación de los bovinos no puede quedar a merced de las lluvias, ya que históricamente se ha demostrado que es un departamento muy golpeado por el clima.